Hágase ver, señor presidente

El adolescente malcriado cree que, mientras más grite, más la realidad se ajustará a sus expectativas. Pero es cosa de tiempo para que aprenda que sus deseos no son órdenes y que su verborrea sólo gastará sus cuerdas vocales.

Con el paso de los meses, el mandatario ha ido subiendo el tono, a lo patrón. No le queda otra. Recordemos que pasó de los salones universitarios, a los pasillos alfombrados del congreso y luego el salto a las recepciones en ICARE.

Por eso, el griterío de hoy, en la Araucanía, queriendo simular carácter, determinación, se ve tan, ¿cómo decirlo? Patético. Se nota mucho que presidente se mueve entre esa tensión de querer parecer un estadista, como los de antaño – un republicano diría Lagos-  y su inevitable condición de hijo de patrón, de esos que salen a “palomear rotos”.

Entonces, sus discursos, su verborrea se columpia entre esta dialéctica simplona, republicana-feudal. No hay que negar que el movimiento es complejo, pero también hay que ser honesto y señalar que el jovenzuelo definitivamente no tiene dedos pa’ ese piano. Se requiere arte para bambolearse en esas lides, y calle, por supuesto y el Boric no tiene ni lo uno ni lo otro.

Honestamente ¿podemos tomarnos en serio al imberbe con esos lentes hipster rojos?

Pero vayamos al grano. En su visita a la Araucanía, Boric bajó al «allmapu más blindado que paco jala´o. Jura que lo están buscando. Sería tan fácil pegarle un topón a su bicicleta cuando va del barrio ñungay a la Moneda “y era”.  Pero se pasa cualquier película. Te están buscando matador. Nooo, mucha jarana lo tiene mareado. Tan pasao a película andaba en la Araucanía que hasta muy entrada la tarde noche nadie sabía aun dónde iba a alojar. Cuec. ¡Ella po’, la importante!

Todos esperaban grandes anuncios. La verdad es que todo fue súper espectacular. Ni que hubiese llegado Bill Clinton a comerse un completo. Pero lo que realmente hizo noticia, y sí, da un poquitín de pudor reproducir, fue ese discurso que se mandó, así, golpeando la mesa y citando algo de la historia reciente. Pero antes que la nuestra, cuando los milicos quemaban libros en las calles tras el golpe militar, la de un poco mas atrás, la de los nazis.

¿Y qué tienen que ver lo nazis? Pues nada.  A lo Cantinflas, le dio por mezclar personajes históricos, hechos dramáticos, moralejas enormes… todo para llamar la atención de… no sabemos de quién, porque su auditorio eran puros palos blancos, funcionarios públicos, invitados selectos y claque incondicional.

Bueno ya, es cierto que en el Wallmapu lo esperaron con un par de fogatas…

“Hoy día quemaron una escuela recién inaugurada, una iglesia, hubo cortes de ruta que generaron accidentes de tránsito. Yo le quiero decir a las personas que están detrás de esos atentados que si creen que privando de educación a los niños de La Araucanía rural, o privando de un templo donde practicar su fe a las personas, o privándolos del acceso al agua, van a lograr intimidarme a mí o a este gobierno, están muy equivocados… Son unos cobardes y los vamos a perseguir con todo el peso de la ley”.

¿No será musho?

¡No! tenía más.

 “¿Sabe a lo que me recuerda la quema de la escuela y de la iglesia que vimos hoy día? Me recuerda a cuando en la década de 1930 los nazis quemaban sinagogas. Me recuerda a cuando en septiembre, octubre, de 1973, quemaban libros en la Plaza San Borja. A eso se parece esa gente y los vamos a perseguir y le vamos a ganar a la violencia”.

Shaaa, le mandó. O sea, los mapuche son las SS persiguiendo a los judíos o los del regimiento Tacna recogiendo libros de Marx y de cubismo.

¿Eso es lo que usted plantea, señor Boric?

Los que en Chile le niegan el derecho a la educación a los niños ¿son los mapuche revoltosos?

Los que impiden el acceso al agua ¿son los mapuche?

Un pueblo que, además, se da el lujo de imponer su famosa cosmovisión hegemónica oprimiendo a los seguidores de aquella religión minoritaria y perseguida conocida por el nombre de católica, apostólica y romana ¿esos?

Hágase ver, amigo, que está cada día peor de la cabeza.