¡Tanto pudor!

¡Qué atroz! Es que iba a ser de lo más que hay y se les aguó la fiesta. Venía todo tan bien preparado, gente muy cool, un espacio tan nice y ¡plop! El diario La Segunda les fregó el panorama tan chévere que tenían armado. Iba a estar los más selecto del progresismo y el empresariado brindando junto a la Mazumotto. Ellos con pudor y el Boric, haciendo de las suyas.

Sí, se les cayó el gran evento en el que progresistas y empresarios escucharían a la economista neo-post-algo-keynesiana Mariana Mazzucato, italiana y gringa a la vez, ella; igual que Connie Corleone, de El Padrino

La cosa fue que se supo, por un titular de La Segunda, que el turro de billetes para financiar el evento venía de Soquimich (SQM), la empresa dada a pagar clientelismos con turros de billetes -en izquierdas y derechas- para aprobar y desaprobar leyes a su medida.

«Cómo SQM llegó a auspiciar a la gurú económica del Frente Amplio», rezaba el titular aguafiestas.

Lo que vino luego es que se hizo la ofendida la Mazumotto.  Que ella no aceptaba financiamiento de semejantes donadores, que el evento se suspendía. Se quedaron con los crespos hechos y los canapés sin servir. Todo por un titular de segunda.

Dicen las malas lenguas que fue el Giorgio Jackson uno de los que le habría sugerido a la Mazzurato que mejor para la cuestión, que no se veía bien.  Claro, había pasado piola que SQM financiaba. Pero ¿era necesario, Giorgio, suspender si estaba todo tan listo, todo tan nice…? Para que ponerle tanto color, para qué tanto pudor…

Para qué tanto pudor, si a esas horas, en otro lugar, también encumbrado, Boric hacía de las suyas, arrastrándose como un gusano gordo y amorfo, como una loca suelta en el trasnoche, ante esa calaña corrupta y degradada que se junta cada año en lo que llaman el Encuentro Nacional de la Industria.

“Yo quiero que sepan que valoro profundamente la experiencia que Richard (Von Appen) nos relató acerca de cómo el sector empresarial busca hacer frente a las malas prácticas que ha habido en algunas empresas. Es tan injusto cuando a todos los meten en un mismo saco, cuando en el caso de la colusión de los pollos, las farmacias o el papel higiénico se dice que todos los empresarios son tal cosa», agregó al punto de secarse unos lagrimones de la emoción.

Von Appen agradece sinceramente a Boric, los zapatos le quedaron relucientemente bien lustrados. No hay de qué, piensa Boric, soy un gusano amorfo, arrastrarme está en mi naturaleza.

“Personalmente tengo diferencias y discrepo con algunas de las cosas que usted Richard puede haber planteado, pero no me preocupa, sino que lo celebro, porque el tono y la disposición con la que siempre me he encontrado con el presidente de la Sofofa hace que podamos reunirnos y discutir estas diferencias en un marco respetuoso”, agregó el espécimen rastrero que preside la “República” de Chile.

Si, mientras el presidentucho lustraba con su lengua los zapatos de Von Appen (el mismo que hace un par de años exigía todo el rigor de la ley contra los trabajadores portuarios por movilizarse) los trabajadores encendían las barricadas en una jornada de lucha en las calles de San Antonio.

Y hoy no fueron 6.500, sino 8 mil a lo largo del país y se enteraron por la prensa que el Boric quiere una mesa de diálogo con ellos.

Habrá que ver en qué termina tanto cóctel, tanto mareo. De un charchazo, se les acabará la fiesta.