Mañana, a las 7 de la mañana, comienza la paralización de funciones por dos días de 6.500 trabajadores portuarios agrupados en la Unión Portuaria. Los trabajadores exigen que el gobierno de Boric cumpla con los acuerdos alcanzados en sus mesas de trabajo. De lo contrario, esto continuará y se extenderá.
La movilización anunciada este martes convocará a los trabajadores de 23 puertos y terminales a lo largo del país, excluyendo a los recintos de Arica, Coquimbo y Valparaíso.
Paralizaran funciones los trabajadores de la Terminal Iquique (ITI), del Terminal de Antofagasta (ATI), de los Terminales de San Antonio (DPW y STI) y del Terminal San Vicente (SVTI).
La razón de la movilización la dieron a conocer en un comunicado, pero en pocas palabras sería por la tomadura de pelo tras meses de participar en sus famosas “mesa de trabajo” que no sirven más que para embolinar la perdiz.
Estas demandas, señalan los dirigentes, “empezaron con Evelyn Matthei el 2012 con el tema de pensiones y promesa de un Sistema Previsional para Trabajo Pesado y Alto Riesgo, después vino la Comisión Investigadora de ley 19.542 o Comisión de Puertos cuyas conclusiones quedaron el 2020 en el escritorio de (Sebastián) Piñera y no pasó nada, además de promesas del gobierno actual que nos han bypaseado”.
En septiembre pasado, a pesar de un confuso ir y venir de tratativas entre los dirigentes y el gobierno, la Unión Portuaria realizó un breve conato de movilización. Las tratativas, que habían comenzado a fines de agosto con el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, fueron manejadas con la suficiente cautela como para no quebrar el espacio de negociación. Pero al parecer, la vasija hoy se rompió.
El comunicado anuncia una escenario poco alentador para el gobierno en una época crítica por el inicio de la temporada de cruceros, de las importaciones para las fiestas de fin de año y un aumento en el flujo de exportación de fruta.
Demás está decir que la capacidad y el impacto de la paralización de los trabajadores portuarios no es cosa de tomar a la ligera. Recordemos que a fines de 2018 los trabajadores paralizaron la actividad de las principales terminales de carga del país durante más de 35 días dejando a los empresarios pata pa’rriba y al gobierno, por lo bajo, con las pestañas quemadas.
Tampoco está de más recordar que el actual gobierno mantuvo las querellas por “desórdenes públicos” contras los dirigentes que actuaron en 2018. El pasado mes de mayo, a través de escrito presentado por la delegada presidencial en la región de Valparaíso, Sofía González Cortés, el régimen continuó la persecución iniciada por el patrón Von Appen.
Doña Sofía, de acuerdo a los registros oficiales, pertenece a un partido denominado “comunista”; no estamos en condiciones de confirmar si se trata de un mero alcance de nombre con la organización fundada en 1922 por Luis Emilio Recabarren.
Pero esa ya es harina de otro costal. Lo que es ahorita, ahorita, se viene una nueva movilización por las mentadas “promesas no cumplidas” ofrecidas en las mentadas inútiles “mesas de trabajo”.
Así reza, de entrada el comunicado: “La unión portuaria declara: que lamentablemente como organización nos encontramos en estado de alerta ante la desidia del gobierno a atender las necesidades del sector marítimo.”
Como otras veces, los portuarios la tienen clara. Habrá que pelearla, nomás. Y eso vale para todos los trabajadores de Chile.