Por el robo de $128 millones que estaban destinados a “inteligencia”, la ministra especial en uno de los casos del robo del siglo o Milicogate, Romy Rutherford, procesó al ex comandante en jefe del ejército Juan Emilio Cheyre. Además decretó que se mantenga la prisión preventiva en su contra. Así es, el mandamás seguirá precioso, en un cuartel militar, eso sí.
Se trata de la primera vez que la jueza de la Corte Marcial logra inculpar al ex militar. Aprovechando el vuelo, amplió los cargos contra los ex comandantes en jefe Óscar Izurieta y Juan Miguel Fuente-Alba.
Cheyre fue comandante en jefe del ejército durante los años 2002 y 2006, bajo el gobierno de Ricardo Lagos, el del dedito y la hojarasca. El que nos vendió a la banca por estudiar.
Uno de los testimonios que lograron establecer la culpabilidad de Cheyre fue la declaración del ex-jefe de Finanzas de la Comandancia en Jefe entre 2002 y 2005, coronel (r) Juan Pablo de la Fuente. Así son los valientes soldados, cuando se trata de salvar el pellejo, no saben de lealtad. Sólo para los crímenes contra el pueblo, guardan el debido silencio. En caso contrario, a lo “sanguchito de palta”.
«El general Cheyre me daba las instrucciones para que fuera retirando los recursos de gastos reservados en la Dirección de Finanzas del Ejército. Había ciertos gastos mensuales que estaban dispuestos para pagar con estos recursos, tal como pago a los ex-comandantes en jefe», señaló en la declaración fundamental, Juan Pablo de la Fuente.
«En esa época al excomandante Ricardo Izurieta Caffarena, a quien se le entregaban mensualmente $400 mil, y no recuerdo si también se le entregaba al general Augusto Pinochet», abundó en detalles.
Con esta determinación, Cheyre se suma a los últimos seis excomandantes del ejército que han sido procesados por la justicia. Las joyitas de la corona vendrían siendo Augusto Pinochet, Óscar Izurieta, Juan Miguel Fuente-Alba, Humberto Oviedo y Ricardo Martínez. Todos por malversación de caudales públicos, o esa, por robarse la plata de todos nosotros.