25 mil pacos anunció Boric contra el pueblo para este 18 de octubre en lo que, temen, será un jornada de protesta nacional. Tienen miedo, y con razón, porque cuando el pueblo se expresa con toda su voluntad, no hay balas, ni bota militar, ni tanquetas, ni guanacos, ni 25 mil gorilas jalados para detenerla. Pero lo que en realidad deben temer es que el cómo y el cuándo lo decide el pueblo, así enseña la historia.
El régimen vive de espejismos. Como se mira al ombligo cree que el mundo funciona como funcionan las cuatro esquinas sincronizadas de su barrio -para el caso, Ñuñork o Ñungay- por lo tanto, no entiende de qué barro esta hecho el pueblo, ni de qué espesor es su lucha.
Es que están muy preocupados con lo que pasará este 18 de octubre, fecha en que hace tres años se produjo el levantamiento popular que dejó al régimen tiritando.
“Queremos una conmemoración tranquila, que se pueda realizar sin alteraciones al orden público. Hacemos un llamado también a la ciudadanía a comprender que en cada uno de estos locales (comerciales) hay familias”, señalaron desde el gobierno.
Y si bien es cierto que son numerosas las convocatorias para conmemorar esta fecha, es más cierto que la expresión del poder popular no obedece a símbolos ni a las cartas Gantt de los burócratas.
La voluntad popular se expresa como se expresa la tormenta feroz, aquella que no puede ser contenida ya que tal es su fuerza que todo lo derrumba cuando ha llegado el momento de avanzar. Así también es la nuestra, inquebrantable, porque nuestra lucha es para sobrevivir.
Boric y sus secuaces amenazan al pueblo con 25 mil pacos. Pero acaso, ¿ha tenido el pueblo alguna vez más ventaja en esta guerra que su sola convicción, fuerza y decisión?
Es probable que este próximo 18 de octubre sus 25 mil bastardos salgan a copar las calles y se encuentren con una calle vacía. También es probable que las movilizaciones desborden las calles y sea mucha la represión.
La historia la hacen los pueblos, dice el dicho, y cuando llegue la hora del cómo y el cuándo sus soldaditos serán de papel con nuestro soplo feroz.