Todo de utilería. Lo que nos importa, lo que tiene que ver con nuestra dignidad, con mejorar nuestra vida, para todo eso, el régimen nos ofrece mentiras y burlas. Pero la obra del pueblo será verdadera.
Leyendo la prensa, enterándonos del acontecer nacional, no podemos dejar de sentir indignación. No sólo todo lo importante para que nuestra vida sea mejor, menos dura, está postergado, una y otra vez. Lo abusivo, además, es leer y escuchar las explicaciones “de utilería” que dan “las autoridades” sobre porque tal o cual cosa dejó de hacerse, se retrasó o se pospuso. Una y otra vez, más mentiras.
Por ejemplo hoy, como gran noticia, nos enteramos de que los delincuentes que usaron a niñas de un hogar de niñas para la prostitución fueron finalmente, luego de cuatro años, sentenciados a cumplir penas de cárcel.
“En 2019, tras el incendio de la residencia Anita Cruchaga del Hogar de Cristo en Viña del Mar, quedó al descubierto un caso de explotación sexual infantil, que hoy tiene a dos hombres condenados. Desde la institución reconocieron que hubo un abandono de todo el sistema hacia las víctimas”. La nota de prensa nos invita a leer la entrevista que le hacen a Carolina González, jefa de operación social del Hogar de Cristo.
Mejor sería no saber.
La mentada funcionaria, cuenta que se percataron un año antes del incendio, o sea en 2018, de “ciertos indicios” que apuntaban a que las niñas estaban siendo abusadas. ¡Un año antes sabían que las niñas estaban siendo abusadas! pero los inmorales debían tener pruebas, hacer mesas técnicas, tomarse sus cafés y limarse las uñas…
“Falla un sistema completo, falla la mirada que se otorga al comportamiento de las niñas desde todas las instituciones”, señala campante, así sin más, Carolina González.
“El comportamiento de las niñas”… ¿y el comportamiento de los animales que las agredieron al amparo de “las instituciones”?
De cartón piedra su voluntad, de mentira esta y todas las instituciones del régimen.
Tan de utilería como el anuncio, también hoy, de La Moneda sobre que buscarán a los detenidos desaparecidos. No les da vergüenza. No les da vergüenza utilizar el dolor de las familias para anotarse puntos (eso creen, que suben puntos) y subir en las encuestas de la farándula progresista.
“Más allá de que los perpetradores de crímenes no quieran hablar, hay muchas instituciones que pueden colaborar y, como Estado, tenemos deudas y tareas pendientes, desde el Servicio Médico Legal, hasta instituciones fiscales o el Poder Judicial”, justificó la mentira, la aberración, la ministra de Justicia y Derechos Humanos, Marcela Ríos.
Tal es su descaro que la Ministra no se hizo problema en acompañarse para tal anuncio, de Haydee Oberreuter, la subsecretaria de derechos humanos, que bien sabemos, en complicidad con la ahora diputada frenteamplista Lorena Fries, escondió los archivos con las declaraciones de 6 mil ex conscriptos sobre su participación en los delitos de lesa humanidad cometidos contra el pueblo en dictadura. Estos archivos eran fundamentales para el trabajo de abogados y familiares que nunca dejaron de buscar.
“Si hay que tomarlo con calma, lo vamos a hacer”, comentó Haydee Oberreuter sobre esta promesa falaz.
Con calma. Claro.
Así son los funcionarios del régimen, execrables. Ni en cometer tamaña aberración, utilizar el dolor inconmensurable de todas esas familias que nunca más supieron de los suyos, para hacer su politiquería.
Entre “las deudas y tareas pendientes” del Estado, la ministro Ríos omitió el levantamiento del secreto a los archivos de la comisión Valech, material indispensable para investigar los crímenes de la dictadura en su globalidad. El “secreto” no radica en que la información misma sea desconocida o imposible de obtener, sino en que el propio Estado impuso la prohibición que la justicia usara esos antecedentes para condenar a los asesinos y torturadores.
Ese olvido, no es casualidad. Es parte del pacto de impunidad celebrado por el mentor del actual gobierno, Ricardo Lagos, con la cúpula de las Fuerzas Armadas.
De cartón piedra también cuando se trata de la salud y la vida de las personas. A tres años de ser aprobado por el Consejo Regional (el que da el vamos para los fondos) el proyecto para un Centro Macrorregional del Cáncer en Valparaíso, aún no se ha hecho nada para construirlo. En la región, el único hospital que atiende a personas con cáncer es el hospital Carlos Van Buren, pero atiende apenas a 30 de 100 personas.
Desde el Servicio de Salud Valparaíso-San Antonio, “mandantes” del proyecto, en conjunto con el Ministerio de Salud, dijeron “que tienen una mesa operativa, donde se examinan aspectos técnicos del proyecto y observaciones del Ministerio”.
Por eso no se ha hecho nada, porque tienen una mesa operativa para “examinar aspectos técnicos” y no llegar a nada. Sólo tomar café y perder el tiempo con sus sueldos millonarios a costa de nuestro trabajo, de nuestras renuncias, de nuestro sacrificio..De nuestro sacrificio, del de nuestros hijos, hermanos, padres, abuelos. A costa del trabajo del pueblo.
Lo hemos dicho antes, y esa es nuestra voluntad, la primera y la última: cuando el pueblo exprese la definitiva soberanía sobre su destino, en ningún caso será de cartón piedra. Será sólido, duradero, real.