Brutal represión contra estudiantes

Hoy fue jornada de movilizaciones. Los muchachos del Liceo de Aplicación volvieron a salir a las calles desde muy temprano. Les dieron con todo, además de una redada en la que detuvieron, según lo informado, a un muchacho.

Así están las cosas en el mundo del progresismo nacional. Mientras el presidente de la República miraba pal´ lado, o más bien andaba en otra de sus giras “descentralizadoras» -esta vez, no en tren, sino en avión para inspeccionar el socavón que dejaron las faenas mineras en Tierra Amarilla- en la capital, los pacos hacían de las suyas contra los secundarios.

Porque en los colegios todo sigue igual. No hay cambios. Los pacos, en su twitter comentaban, muy temprano que el tránsito, a la altura de calle Ricardo Cumming, estaba suspendida porque “sujetos actuaban en el lugar”.  De eso nos enteramos muy pronto. De que el bus se quemaba.

Uno de los patios, en algún momento, del Liceo de Aplicación. Así es el estado de la educación para el hijo del trabajador.

Las redes hicieron el resto. Registraron los chorros del carro lanza aguas dirigidos directamente al cuerpo de los muchachos que corrían en todas direcciones. El chorro lanza aguas directo hacia el interior del liceo. El carro lanza aguas directo a la prensa que registraba la situación.

Pero los muchachos marcharon por la Alameda. Y siempre, siempre, saben a lo que van y aún así, con vozarrón, niñas y niños, corearon. “Lo que el pueblo necesita es educación gratuita, porque el pueblo está cansado de las leyes del mercado”.

Los pacos tenían copada la calle Cumming. Eran al menos dos carros lanza aguas y dos zorrillos. Se dieron el gusto de tomarse el sector, perseguir a los muchachos por las calles interiores. Detuvieron a uno de ellos.

En las altas esferas de las redes sociales a través de las que les gusta hablar, ni la vocera, ni la alcaldesa, ni la ministra del Interior, todas ellas tan sororas, dijeron ni pío por la brutal represión. ¿Pero qué podrían decir? Los pacos no se mandan solos. Pero al menos podrían no decir. Guardar un minuto de silencio, como un último acto de decencia.

Al caer la tarde, en el cerro Huelén o Santa Lucía, los pacos siguieron su fiesta jalera. Allí se congregaron para apoyar al pueblo mapuche, para exigir la libertad de los presos del levantamiento popular. Mañana será otro día para luchar.