Como antes, ahora

Este pasado 11 de agosto se estrenó en Chile “Mi país imaginario” del documentalista Patricio Guzmán, que registró los días del levantamiento popular de octubre de 2019. En el tráiler del documental, sobre el escenario donde comenzó todo, Plaza Dignidad, el documentalista observa: “Los jóvenes llegan aquí para transformar este espacio en un teatro del futuro”.

Ya no es el futuro, es el presente. Hace dos días Plaza Dignidad fue nuevamente escenario, de lucha y de represión. Familiares y amigos de los presos del levantamiento popular de 2019, volvieron allí, como muchos otros viernes, a  exigir la libertad y justicia para los suyos.  

En ese “escenario”, donde ya no está el general Baquedano, ni su caballo, el documentalista grabó la mayor parte de las escenas de su último documental, “Mi país imaginario”.

Ya en su anterior trabajo, “La cordillera de los sueños”, Guzmán dice, a modo de cierre, “encontré pequeños fragmentos del universo en la cordillera. Están guardados en algunos museos chilenos, son los meteoritos, piedras que caen del cielo, son pequeños pedazos de planetas que vienen de muy lejos. Mi madre me enseñó que cada vez que cae uno en medio de la noche se puede pedir un deseo que se cumple cuando uno guarda el secreto. Pero yo lo quiero decir, mi deseo es que Chile recupere su infancia y su alegría”.

Con estas palabras, Guzmán añoraba lo que sucedería en ese octubre que filmó, narró y mostró en las abarrotadas salas de cine este pasado 11 de agosto. Pero el pueblo no recuperaría en ese octubre de 2019, su dignidad, porque a pesar de sus muertos y desaparecidos, nunca la perdió.

Lo que recuperaría el pueblo ese octubre de 2019, sería la fuerza y la convicción para levantarse otra vez. Como lo hiciera a finales de los 80, en plena dictadura, con las masivas jornadas de protestas populares, traicionadas y usurpadas en el gran acuerdo político llamado transición.

Y porque no fueron $30,  sino esos 30 años de continuidad, usurpación y traición, en octubre de 2019 el pueblo volvió a ser protagonista de su destino. Y salió a incendiar la tranquilidad inmoral de un régimen corrupto que lo quería siempre derrotado.

Y aunque esa lucha de hace ya tres años, como las otras,  fue también usurpada y traicionada con un “acuerdo por la paz” para salvar el pellejo de Sebastián Piñera y al régimen en su conjunto, el pueblo con paso de gigante ha retomado las riendas de su propia historia.

Para ser verdaderamente dueño de su destino, el pueblo ha de vencer

Guzmán, como muchos, fue sorprendido por el gran estallido de 2019.  “Yo nunca pensé volver a ver esto aquí como lo viví hace más de 40 años, la represión es tan violenta que provoca rabia y desesperación. Me inquieta el final de esta lucha, quienes serán los perdedores y quienes los ganadores”.

Se inquieta Guzmán y tiene razón, porque no hay vuelta atrás. Pero a diferencia de los espectadores de esta historia, el pueblo que ahora es nuevamente protagonista,  no se pregunta ni se inquieta por quién va a ganar o quién va a perder, puesto que el único destino posible, si quiere sobrevivir, es la victoria, y para ello, como antes y como siempre, va a pelear hasta vencer o morir.