¿Farsantes, mentirosos, oportunistas, descarados, sinvergüenzas? No, sólo médicos. Hay más apelativos, pero para que entrar en detalles. Los diostores del Hospital de Concepción consiguieron cuantiosas prebendas durante su paro. Por ejemplo, que van a trabajar hasta las dos y que el resto de las operaciones, por las tardes, se las pagará el Estado, a modo atención privada. Buena ¿no?
Sí, como quedó la tremenda lista de espera, aumentada por el paro de casi un mes, entonces todas las operaciones que dejaron de hacerse – ellos, que son tan voluntariosos y tienen eso del juramento del hipócrita- prometieron que nadie se quedaría sin su operación.
Y así fue, cumplieron. Lo tenían todo bien organizado, paso a paso. Porque si hay algo que saben hacer estos diostores, son negocios.
Trabajarían hasta las 14 hrs. y el resto, todas las operaciones pendientes, las pagaría el Estado (por supuesto con cargo a nuestros bolsillos) a precio de “médico privado” – “prestación de servicios”, le dicen en la jerga interna. Claro, ellos operarían fuera de horario laboral. Eso sí, aprovechando las instalaciones hospitalarias. Para ocupar bien los recursos disponibles, obvio.
¡Ups! Parece que firmamos un acuerdo inconveniente, se dicen las autoridades. Están preocupados por la larga lista de espera. Centenares de personas se sumaron a los que ya estaban pendientes con el paro de los médicos, que querían aumentos y reducir la sobrecarga laboral.
Ellos son sólo médicos. Cuidan su bolsillo, sus cuantiosas ganancias. Y las autoridades, que representan o debieran representar los intereses de todos nosotros, del pueblo en su conjunto, son ineptos, por lo bajo, y corruptos, por lo menos.