Los perlas que se encuentran hoy formalizados por fraude al fisco, estaban ya en retiro cuando fueron reintegrados en la modalidad de honorarios entre 2021 y 2017 para cumplir funciones en la IV División del Ejército.
Pero resulta que los contrataron sólo para hacer la movida, porque, en rigor, querían pagarles unas lucas que les debían de unos fondos que no recibieron porque el Fondo que tenían ellos, los milicos, para ayudarse, el FAM, se había ido a la quiebra.
La investigación en la arista FAM estuvo a cargo de la fiscalía regional de Aysén y se originó por una investigación de Contraloría el año 2018.
La FAM es una institución que los milicos crearon en 1950 para dar ayuda a sus miembros, con dineros de ellos mismos. Algo así como una cucha para ayudarse cuando fuese necesario. Por eso le llamaron Fondo de Ayuda Mutua.
La FMA funcionó hasta el año 2006. Se cerró porque dejó de financiarse. O sea, para que iban a poner luquitas en un fondo común para ayudarse, si para esa fecha ya estaba de moda el “agarra Aguirre” o el “aquí cada uno corre con colores propios” o el “mientras más jinetas, más agarras”… y así, suma y sigue.
En 2008 el FAM estaba más cerrado que puerta de submarino y aun así el Ejército ordenó que se adoptaran “medidas” para resolver la situación de los miembros de la institución que fueron afectados por el cierre. La orden iba a contrapelo del pronunciamiento de Contraloría que decía que la situación de los milicos afectados por el cierre eran un problema entre particulares, que nada tenía que ver el fisco en este cacho.
Haciendo caso omiso de eso, el Ejército usó distintas truchas modalidades para indemnizar a los militares que se vieron afectados con el cierre del FAM. Una de estas modalidades fue la recontratación a honorarios de milicos que ya estaban en retiro. También los indemnizaron vía entrega de viáticos, comisiones de servicios, etc.
En la arista FAM, que pertenece al caso del mega fraude Milicogate, se imputaron a unos 700 milicos en servicio activo, oficiales y sub oficiales de distintos rango, además de estos 42 en retiro (3 son familiares) que hoy fueron formalizados. En total se estima que en esta arista se robó al Estado unos $2.900 millones. Entre el Milicogate y Pacogate, los uniformados asaltaron al fisco con unos $50 mil millones.
Ex comandante Martínez zafa de procesamiento por fraude
Y jabonado, por ahora, está salvando el pellejo el ex comandante en jefe del Ejército, Ricardo Martínez. Hoy, la Corte Marcial, luego de recursos interpuestos por su defensa, determinó revocar su procesamiento en la arista “agencia de viajes” del caso Milicogate.
El fallo fue dividido. Según informan los medios, estuvieron por revocar el procesamiento de Martínez, la representante del Ejército, la coronel Paula Videla; el oficial de la Fach, Francisco Costa; y la integrante civil, la ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago, Dobra Lusic. Y en contra estuvo el coronel de Carabineros Álvaro Castillo, y el otro juez civil, Juan Muñoz.
Martínez Menanteau puede respirar tranquilo, por el momento. Al fallo de la corte marcial puede apelar el Consejo de Defensa del Estado ante la Corte Suprema. Y a ver si esta vez le pone un poco más de pino para demostrar que el ex comandante efectivamente se robó los $44 millones. Porque para negar la justa indemnización a la senadora Fabiola Campillai, víctima del terrorismo de estado, vaya que tuvo labia.
La defensa de Martínez logró convencer -imaginamos lo que le habrá costado, una parrillada en Los Buenos Muchachos- a los magistrados que “los montos de la defraudación eran inexactos, que los viajes irregulares imputados estaban prescritos y que Martínez habría devuelto US$ 400 a la cuenta que el Ejército tiene para estos fines”.