Las estudiantes «fiscalinas» dan la pelea

Fiscalinas, así se llaman orgullosamente las alumnas del Liceo de Niñas A-33 de Concepción, porque todo el mundo conoce el establecimiento como «Liceo Fiscal». Hoy amaneció tomado por sus estudiantes.

A la serie de colegios movilizados en la región del Biobío, se sumaron hoy las estudiantes del Fiscal quienes -según señalaron a nuestro medio- luego de tratar de dar solución a su petitorio, ocuparon su establecimiento para ser debidamente escuchadas y -por ende – tomadas en serio con las demandas planteadas en el primer semestre.

Martina Matus, vicepresidenta del Centro de Estudiantes del Liceo Fiscal, concedió una entrevista a Revolución, en que nos señaló, con claridad y convicción, cuáles fueron las razones que las impulsaron a iniciar esta movilización.

En palabras de Martina, “la toma se inició por las precarias condiciones en las que estudiamos y que enseñan los docentes”. “También estamos acá por la mala gestión del SLEP (el servicio local de educación, que es el sostenedor del liceo) ante nuestro petitorio, razón por la cual el estudiantado se está manifestando.”

Lo señalado por Martina no es antojadizo, debido a que las estudiantes habían entregado un petitorio a dicha entidad en el mes de julio, del cual aún no hay respuesta. Y continúa: “lo que queremos lograr con esta toma es la atención del SLEP, ya que no se respetó lo acordado en las reuniones, ni se ha respondido al petitorio. Nos han aplazado una y otra vez las fechas de las respuestas».

“Queremos lograr condiciones dignas donde nosotras podamos estudiar y los docentes puedan enseñar, porque, para nosotras las fiscalinas, el liceo es nuestra segunda casa”, y finaliza: “hacemos el llamado a todos los compañeros y compañeras secundarias que puedan y quieran movilizarse, a rebelarse frente a las condiciones indignas en las cuales estudiamos, sin temor a las supuestas represalias de los altos mandos.”

Nuevamente nuestra juventud, aterriza a los embelesados por los cantos de sirena orquestados por el régimen y los trae a tierra. Nuevamente son ellas quienes a través de actos -y no habladurías- demuestran que la organización es la herramienta de lucha del pueblo y que a través de aquella organización que nace en el seno de la movilización, que se forja y perfecciona al calor de la lucha, se indica el camino a seguir para cambiar todo lo que deba ser cambiado.

¡Qué vivan las estudiantes!