¿A quién tchutcha le importa Matías del Río? Porque, para escuchar momierías, están él y todos los demás. Por favor, traigan del vuelta al niño mimado, devuélvanle su juguete y volvamos a la pauta: el Tren de Aragua, la Araucanía, los portonazos y las encerronas. Que vuelvan los lentos, diría mi abuela.
A Matías seguro que le dio lipiria e hizo pataleta apenas le dijeron que tenía que salir de Estado Nacional luego de que la socialista Nivia Palma se quejara públicamente por la “desprolijidad” con que actuó el programa al traer a pura gente del Rechazo al panel. La pataleta la hizo elegante, a través de una carta al Mercurio, el diario de su familia.
Y aunque TVN se apuró en decir que “Matías del Río es un rostro muy valorado por el canal y seguirá a cargo del programa de entrevistas ‘Vía Pública’ en Canal 24 Horas y del informativo ‘Medianoche’ y además, trabajará un nuevo formato de conversación con grandes personalidades que debutará en los próximos meses” y que por lo tanto seguirá “cortando” sus buenas lucas, él quiere Estado Nacional, a lo pasivo-agresivo, libertad-de-expresión-el-más-sagrado-de-los-derechos-totalitarismo-ni-Hitler-se-atrevió-a-tanto-style, el muy berrinche.
¡Liberen a Willy, par favar!