A confesión de parte

Muy de demócrata, sentado cómodamente, el ahora ex director del Instituto de Derechos Humanos, atiende la entrevista de El Mercurio. Micco no sólo revela que votará Rechazo, además explica como aportó con lo suyo para salvarle el pellejo a Piñera durante el levantamiento popular de 2019.

A confesión de parte, relevo de pruebas. Y Sergio Micco, el ex director del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) sin tapujos, nos cuenta el paso a paso de su gestión para defender al gobierno de Piñera en aquellos días en que el pueblo de Chile salió a las calles hastiado del abuso y la corrupción y el  régimen reprimió sin contemplación.

Sergio Micco cambia de un sillón apoltronado a otro. Desde su cargo en el INDH al de académico en el Magíster de Ciencias Políticas en la Universidad de Chile hay sólo unos pasos. Por lo tanto, es cosa de acomodarse entre los cojines y ponerse a hablar.

Por eso no extraña que sin ambages señale que, cuando en plena crisis política, con el pueblo en las calles y los militares y los pacos actuando a su antojo, él, en su cargo de “defensor” de los derechos humanos, a pesar de recibir denuncias de violaciones a los derechos humanos, entre ellas, la de la desaparición de personas, omitiera investigarlas o en su defecto, buscar hasta encontrar, en la doctrina, toda la palabrería para justificar el ataque sistemático al pueblo durante esos meses.

“Yo recibí denuncias y presionas para presentar querellas por 103 casos de detenidos desaparecidos. De esas 103 personas, 102 fueron habidas. No eran detenidos desaparecidos. ¿Se imagina que como director del INDH hubiese dicho que Carabineros, en medio del estado de excepción constitucional, estaba deteniendo gente y haciéndola desaparecer?.

Así de simple. Ante las graves denuncias, Micco optó por no hacer nada. ¿Por suerte para Micco aparecieron 102? Qué más le da, la doctrina da para todo.

“El día anterior, supe que en Europa se difundían declaraciones señalando que yo había afirmado que las violaciones eran sistemáticas. Y eso era gravísimo, porque era sostener que el Presidente de la República había dado instrucciones a Carabineros y las Fuerzas Armadas para realizar un ataque masivo a la población chilena, garantizando la impunidad. Afirmar eso derechamente era decir que en Chile se había acabado la democracia.”

Para Micco, “las 8.000 víctimas de violencia estatal y más de 400 casos de trauma ocular fruto del actuar policial durante la ola de protestas iniciada en 2019” que reportó el mismo organismo que dirigía, sin contar los muertos en los incendios de los supermercados, los otros tantos detenidos ilegalmente por autos sin patentes, los asesinatos sin culpables ni condenados, son una mera casualidad, un pequeño exceso de las fuerzas represivas.

No fue necesario que Micco hiciera o dejara de hacer. Unos meses más tarde de los funestos hechos de 2019,  que para el no es más que una historia mal contada, el régimen político en su conjunto se daría las manos en un pacto de impunidad y continuidad.