El que no llora, no mama

Carabineros pide más plata. Sabe que las condiciones lo favorecen: un gobierno sometido a sus dictados y acciones, la agitación pública con la inseguridad, y la necesidad del régimen de contar con su protección. Pero, como nunca es suficiente, piden más y, para eso, recurren a un truco más viejo que el hilo negro: “dar penita”.

El titular del diario “La Tercera” lo proclamó en letras catástrofe: “Carabineros en estado de alerta”. ¿Alerta? ¿Una conspiración sediciosa? ¿Un peligro inesperado? ¿El Tren de Aragua?

No, por supuesto que no. El artículo no aporta ningún antecedente de la supuesta alerta, ni siquiera cita a fuentes anónimas. Sólo se limita a reiterar lo ya afirmado. La “institución está en alerta”, dice, entonces, el diario del quebrado magnate Álvaro Saieh, debido al pase a retiro de 703 integrantes, 103 de ellos oficiales.

Pero ¿por qué? ¿Por qué se van?

En el texto, el teniente coronel Luis Torres explica sus razones: “recibí de todo: insultos, palos, molotovs y todo tipo de desprecios. Eso es lo que más duele, incluso más que los daños corporales que hasta hoy quedan, pero que prefiero no detallar”.

Por los desprecios, pues, se va Torres, que le duelen más que las secretas llagas en su cuerpo. “Al final, decidí quedarme con quienes me pagan mejor hoy: mi familia”, sostiene.

Aunque, obviamente, su familia no le paga nada, al menos no dinero, sino el Estado de Chile que, luego de ingresar a Carabineros en 1998, declara jubilado a este ofendido y despreciado policía.

Si suponemos que Torres entró a los 20 años, algo normal, llegamos a la conclusión que este pobre abuelito, herido en cuerpo y alma, como ya vimos, tiene 48 años.  

¿Y qué pensión puede esperar? Sólo tomando los ingresos promedio para un oficial, es cosa de sumar.

Sueldo base: $564 mil. “Trienos” (más plata): $237 mil. Especialidad: $366 mil. Asignación de mando: $169 mil. Bonificación de mando y administración: $259 mil. Asignación especial de grado efectivo: $857 mil. Asignación segunda especialidad: $197 mil. Asignación de riesgo: $158 mil.

Los dos últimos ítems no aplican a todos, pero sí al comandante Torres quien, según el artículo es perito marítimo y, bueno, riesgos vivió abundantemente.

Ok, sumemos: 2 millones 800 mil pesos. Eso no es todo lo que gana un oficial. Hay otros ítems, vivienda, movilización, comida, etc. que no se incluyen en el cálculo de la pensión.  

¿Y cuanto sería la pensión? No somos Dipreca, son montos aproximados, pero digamos, en términos gruesos, que la pensión es, más o menos, 2 millones ochocientos mil pesos.

Sí, lo mismo que ganaba al final de su sacrificada carrera; un monto que recibirá, con periódicos reajustes -no queremos que la inflación los perjudique ¿verdad?- desde los 48 años hasta el día que se muera.

En todo caso, este es un caso típico. La edad de jubilación promedio de los carabineros es de 47 años. En contraste, el promedio de edad en que se pensionan el resto de los chilenos, con las fabulosas jubilaciones de las AFP, es de 69 años.

Así, las cosas ¿quién no quisiera pasar a retiro?

Pero no nos sorprendamos si mañana o el lunes el gobierno promete más dinero para esta estafa piramidal llamada Carabineros de Chile.  

Los pacos se las saben por libro. El que no llora, no mama; y el que no afana, es un gil.