Una segunda jornada nacional de protestas se vive hoy en Panamá. Docentes y transportistas la encabezan. Contra el alza de los precios de la comida, medicamentos, combustible, etc. También por un aumento general de salarios. Aquí nadie se raja, es la consigna.
EL paro nacional de 72 horas, hoy indefinido, fue convocado por los profesores, junto a otros sectores. ¿La razón? El alto costo de la vida, el alza en los precios de los combustibles y de la canasta básica.
Después del fracaso de la ronda de negociaciones con la ministra de educación, Maruja Gorday, las protestas se extendieron como reguero de pólvora. Sumándose el Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la construcción y similares, la Asociación Nacional de campesinos, pescadores, transportistas, universitarios, médicos entre otros.
“El pueblo está pidiendo que se congele el combustible, está pidiendo escuelas dignas”, y que el Gobierno “se deje de promesas y de estar despilfarrando los fondos del Estado” en presuntos gastos suntuosos para funcionarios y salarios para familiares y amigos del poder, dijo el dirigente de la Asoprof, la gremial de los profesores, Diógenes Sánchez.
Hoy en su segundo día parece que la cosa va en serio, pues otros sectores han acudido a la convocatoria, como los pueblos indígenas. En una jornada de manifestaciones en la capital y otras ciudades, los 7 pueblos originarios y los 12 consejos y congresos indígenas de Panamá, agrupados en la Coordinadora Nacional de los Pueblos Indígenas de Panamá (COONAPIP), anunciaron que se suman “con todas sus bases a las protestas que se llevan a cabo en el país”.
Por su parte la CONUSI, Confederación nacional de unidad sindical independiente que ha convocado a una marcha para hoy, informaron que el gobierno les comunicó la posibilidad de una reunión a la que querian asistir con la Alianza Pueblo Unido por la vida.
Este nuevo acercamiento con el Gobierno del presidente Laurentino Cortizo, esta vez con el vicepresidente José Gabriel Carrizo sentado a la mesa, tiene visos de resultar fallido, pues el gobierno ofreció restablecer una mesa de diálogo que en el pasado sólo fue un volador de luces . La CONUSI ha reiterado que su posición es que el problema debe resolverse para todo el pueblo y no para un sector parcelado.
Por lo pronto las manifestaciones del 7 de julio ya dejaron herido a un dirigente estudiantil en la cabeza y piernas. Los muchachos acusan la violenta represión policial.