Boric lentamente abandona el barco

Medio en retroceso, así como para pasar piola, sin que nadie se de cuenta, el mandatario, Gabriel Boric, uno de los impulsores del Acuerdo por la Paz firmado en octubre de 2019, también quiere salir de este barco llamado nueva constitución. Hoy insistió en que no es prudente ligar el éxito del Apruebo con su gobierno.

En 1900 el escritor irlandés Joseph Conrad publicó un libro llamado Lord Jim. Es la historia de un marino que durante un temporal, abandona el barco junto a todo el mando de la nave, dejando a su suerte a los pasajeros. Durante toda la novela, Lord Jim se bambolea entre la vergüenza por lo obrado y la estupidez por denunciarlo.

Si tuviésemos que poner a la clase política en esta historia, el presidente seguro sería uno de los miembros de esta tripulación. Abandona el barco mientras se hunde. Pero, sin duda, no sería Lord Jim, aunque al presidente no le cueste mucho pedir perdón y cambiar de bando. Aunque, si somos exactos, de bando nunca ha cambiado, su bando es el régimen.

Ese no es Boric. Es Laurence Olivier haciendo de marino que va derechito a la playa.

Pero volvamos al inicio. El barco se está hundiendo. Al menos eso creen, porque las encuestas les dicen que el Rechazo -ahora si que sí, 100% real no fake, telojurosobrelatumbademiabuela- supera al Apruebo. Entonces, dejar claras las cosas, o al menos, en su estilo oportunista, “irlas dejando”, así como que no quiere la cosa, porsiaca, caminando hacia atrás, hasta la puerta de salida, para abrirla y zafar de este engendro que ya nadie quiere y, por último, Rechazar para aprobar.

Y como se miran el ombligo y la Cadem es el sol sobre el cual giran, entonces, si gana el Rechazo, hay que arrancar de la leprosa nueva constitución. “Esta Constitución, este proyecto de constitución, y el plebiscito que se desarrollará el 4 de septiembre no es ni debe ser un juicio al gobierno. Es el debate sobre el debate sobre el futuro de Chile para las próximas cuatro o cinco décadas”, señaló dándoselas de gran estadista, el neonato. Ya antes había deslizado que había que ponerse «en todos los escenarios» y que «pase lo que pase» el 4 de septiembre, «hay que buscar el encuentro», o sea, hay que abrir la cocina para negociar un nuevo acuerdo.

Hoy, en que se hizo entrega oficial de la propuesta de la nueva constitución, debió ser una ocasión de esas que gustan a Boric y compañía. Harta grandilocuencia republicana.  

Para su suerte, creerá, no fue ni con fanfarria ni grandilocuencia, más bien una ceremonia quitadita de bulla, sencilla, con locuciones cortas y medianamente melodramáticas en el uso de los conceptos dignidad y pueblo.  

¡Oe! ¡No es ná’ sombrero la cosa, oh!

Es tan cierto que el mandatario se da color. Se olvida que sacó en primera vuelta apenas un 25% de los votos de un 45% del padrón electoral. Y que en su segunda, llegó pasadito el tejo al fantasma del fascismo, tan bien agitado por el progresismo.

Así que si, efectivamente, el destino de su gobierno no está ligado al Apruebo.

Porque en aquella votación del 2021, el primer plebiscito, en que el electorado dijo querer otra constitución, no lo hizo por él ni sus amigos, ni su pacto por la paz, sino en contra de la constitución de Pinochet, sus esbirros y contra la clase política que la secundó durante treinta y tantos años. Hasta hoy.