Con colita de chancho, todo tiene harta vuelta. Resulta que chanchito de tierra, Juan Sutil, el suche de los empresarios, tiene terrenos en Galvarino y los está negociando hace cuatro años con la Conadi. Ayer le quemaron la casa patronal. Por ahora, y muy a su pesar, los negociados los puede hacer solo por zoom pues está encerrado en un hotel en L.A., por eso del covid.
Así es, poquito a poco nos vamos enterando de las vueltas que tiene este organismo unicelular, garrapatoso y parásito. Hablamos de Juan Sutíl.
En artículo de un diario del régimen, nos enteramos -con interesantes detalles- de las tratativas que lleva hace cuatro años con la Conadi para vender parte de sus tierras allá en Galvarino. El ricachón tendría nada más ni nada menos que unas 1300 hectáreas, plantadas con trigo, avena, rap, cerezos, pino y eucaliptos. Y ahora, una casa patronal chamuscada, ¡cuec!
Esta propiedad -el fundo Nilpe- está subdividida en distintos lotes que son parte del capital con que cuentan las distintas sociedades constituidas para explotar los distintos cultivos en conjunto con distintos empresarios.
Sutil estaría negociando con la Conadi la venta de parte de uno de estos lotes con la comunidad José Quilaleo II, compuesta por 25 familias. A esta comunidad Sutil estaría dispuesto a venderle unas 300 hectáreas. Las tratativas habrían comenzado hace cuatro años, pero al parecer el negocio no ha andado bien por “problemas administrativos y de legislación”.
(Interesante. Que ganas de saber esos detalles por los que no ha podido vender y más aún, si podrá sortear, nos preguntamos, estas dificultades “administrativas y de legislación”. Muy probablemente, sí, con un poco de empeño y un buen trago en algún club de campo. Para eso tiene tantos amigos y es tan transversal. Sin ir más lejos, el presidente Boric lo invitó personalmente a acompañarlo a esa reunión de las Américas, en los Estados Unidos.
Hacía fines de 2020 (o sea hace dos años) Sutil constituyó una sociedad -Agrícola Galvarino se llama- para explotar parte de sus terrenos -el lote 3 y 4- cuyo capital inicial fue de 182 mil dólares y a la fecha sería de 3,3 millones de dólares. Ni que tuvieran palta, piensa uno. Bueno, ahí Sutil pensaba levantar unos embalses para regar sus plantaciones, pero ha tenido la oposición de las comunidades aledañas.
Sutil ha confidenciado sobre la cercanía y “buena convivencia” que tiene con la comunidad José Quilaleo II, la que incluso “ha salido al rescate del predio en los numerosos intentos de quema. Hemos recibido todo el apoyo de la comunidad”, ha señalado.
Por ello, descarta tajantemente que la idea de vender se deba a la agudización del conflicto en el territorio. El venderá, si o si, así truene o relampaguee, a precio de mercado.
Así están las cosas. De que Sutil sabe hacer negocios, vaya que sabe.