Pobladores de comités de vivienda y trabajadores se tomaron la ruta internacional Hua Hum a la altura de Neltume. La empresa que construía sus casas dejó las obras tiradas y quedaron debiendo sueldos a los trabajadores. Les tiraron a las fuerzas especiales.
“No fuimos nosotros quienes pedimos la presencia de Fuerzas Especiales” se apuraron en señalar el alcalde de Panguipulli, Pedro Burbos, y el concejo municipal. Es más, sacaron un comunicado para dejar bien clarito que no fueron ellos.
En el documento manifestaron su “profundo rechazo al uso de la fuerza para el desalojo de la carretera CH-203”. ”Exigimos información pública de quien instruyó la presencia de Fuerzas Especiales en la localidad de Neltume hoy martes 8 de junio de 2022” y agregaron “que el diálogo respetuoso y con altura de miras es el camino para resolver nuestras problemáticas, en un proceso de diálogo abierto que se lleva de forma permanente”.
Y más clarito dijeron que lo que estaban esperando cuando se inició la toma de la ruta, el día anterior, era la llegada de las autoridades de gobierno y de la cartera, o sea, del Ministerio de Vivienda, porque lo que allí pasó es lo que pasa siempre.
Las constructoras hacen su negocio, ganas sus lucas, aprovechan también si queda un raspado de olla y dejan tiradas las obras, y luego, paga Moya. O sea, las familias que llevan años esperando por un casa luego de juntar chaucha tras chaucha para el ahorro que pide el Estado. Porque con monedas baila el mono. Además les habían ofrecido un bono para arrendar por mientras arreglan el panizo y tampoco llegaba el bono, es que las burocracias y las firmas y…
En el caso de los pobladores de Neltume, los sinvergüenzas que dejaron tiradas las obras tienen una empresa llamada V&M. Hoy en la noche ya tendrán otro RUT, otro nombre y otro logo, pero sin duda, cenarán con las autoridades su rico menú en el mismo boliche de siempre.
Los pobladores que se tomaron la ruta pertenecen a los comité de vivienda Nueva Esperanza y Amancay. ¿Quién mandó a los pacos a reprimir? Pues probablemente nadie, porque los pacos se mandan solos, sabemos. Pero ya veremos.
A una de sus dirigentas, la del comité Amancay, Fernanda Bravo, que estaba embarazada, los pacos no tuvieron problema de agarrarla de un ala, tironearla y subirla a la micro verde paco.
“Necesito que hagamos presión, las autoridades no nos pescaron y mandaron a fuerzas especiales”, dice Bravo en un registro visual, mientras se dirigía a los vecinos, agregando “ya no hay confianza con carabineros ni con la seremía ni nadie”.
Así no más, tal cual.