Hace sólo algunas semanas habíamos llevado a ustedes la noticia de la periodista de Al Jazeera asesinada a manos del ejército israelí. La historia se vuelve a repetir este 1 de junio, cuando fuerzas de ocupación de Israel dieron muerte a la periodista Ghofran Warasnah de 31 años.
Según la información oficial emitida por el Ejército de Israel, la periodista se habría acercado con un pequeño cuchillo de cocina hacia los uniformados israelís, quienes al verse amenazados abrieron fuego contra la mujer. Esta línea argumentativa no es nueva, ya que en reiteradas ocasiones previas han utilizado la misma excusa para abrir fuego contra la población civil palestina.
El asesinato tuvo lugar en la entrada del campo de refugiados de Al-Arroub en la Cisjordania ocupada. Una vez herida la periodista, las mismas tropas israelitas negaron el acceso a personal médico para que la pudieran asistir. No sería hasta 20 minutos después cuando autorizaron el paso al personal, pero ya era demasiado tarde.
De esta manera, las victimas a manos de las fuerzas de ocupación israelí siguen sumando semana tras semana. Mientras el mundo se escandaliza por los horrores de la guerra entre gente blanca, en sectores menos visibles del mundo siguen sufriendo la violencia sistemática de ocupantes ilegales. Desde la ocupación israelí de Cisjordania en 1967, especialmente el territorio de Yenín, al norte, suman 36 personas palestinas asesinadas. 2 de las cuales han sido en estos últimos días y mientras ejercían su labor periodística en la zona para exponer al mundo las atrocidades del ejército de ocupación.