En Talcahuano, las dos caras de la moneda. Mientras los marinos desfilan en el centro del puerto y se gastan unos cuantos millones en logística y cócteles. A tan solo unas cuadras de allí en la animita que señala el lugar donde fue asesinado Manuel Rebolledo Navarrete, familiares, amigos y organizaciones territoriales, protestan contra la organización encubridora y defensora del asesino de su hijo.
A las 11 de la mañana en punto, al mismo tiempo que la armada comenzaba su acto en el centro de Talcahuano, en otro lado se comenzaban a preparar para iniciar la acción de protesta contra la institución encubridora y asesina, no tan solo de Manuel Rebolledo, en cuya memoria se convocaba a los asistentes, sino que de muchos chilenos a lo largo de la historia.
Nada que celebrar
En un acto lleno simbolismo y rabia, se comenzó la actividad con la quema del “mono”, – que era una figura, disfrazada de uniforme con el rostro de Leonardo Medina Caamaño – Infante de marina que asesinó ,en el contexto del levantamiento popular, a Manuel Rebolledo Navarrete. Mientras su padre pronunciaba una palabras en contra de la armada por defender y encubrir al asesino y además, en contra de Leonardo Medina Caamaño quien seguramente hoy – al igual que el resto de los marinos- estará celebrando “las glorias navales” los asistentes coreaban consignas para acompañar el discurso. Finalmente se procedió a cortar la calle que colinda con la animita. Esta vez solo llegó una patrulla que miraba desde lejos. El resto de los pacos seguramente le guardaba las espaldas a los marinos en su festejo.
Así es la cosa, mientras ellos festejan. El pueblo, sigue a diario en las callles exigiendo las demandas incumplidas. Las demandas que nos impulsaron hace casi tres años a salir a las callles. Por justicia, como los padres de Manuel, y por mejores salarios, por vivienda, salud, educación. Por todas las demandas.