“En horas de la tarde de este viernes, a través de redes sociales se viralizó un video en el que se ve a un funcionario de Carabineros empujando a un ciclista en un costado del Río Mapocho” informó Publimetro.
Mientras en el portal electrónico El Mostrador, más cauto contó que “En el contexto de una manifestación en Plaza Baquedano, se compartió un registro audiovisual en donde se aprecian dos funcionarios de Carabineros tomando a un joven por el brazo para luego proceder a abalanzarlo sobre una reja, cayendo al río Mapocho. Según información preliminar, el hombre se encuentra estable con heridas de carácter poco grave. Al momento de publicar esta nota, Carabineros aún no declara al respecto”.
Y era que no, porque tendrá que explicar la institución y el gobierno que los respalda, cómo se enmarca esta actuación en sus “nuevos protocolos”. A Yáñez le va quedando poquita agua en la piscina.
“Al momento, aclaramos que no hubo una persona que cayera al río Mapocho, como se ha estado informando a través de las redes sociales. Aquello no es verídico. Eso como primera información y se les enviará declaración al respecto” señalaron minutos más tarde por otros medios, aunque señalaron que realizarán una vocería para referirse oficialmente al hecho,
Por suerte, la situación no terminó en una desgracia, pues el ciclista quedó con lesiones “menos graves” gracias a que logró afirmase para no caer. No corrió la misma suerte el muchacho que en octubre de 2020 fue empujado por el paco Sebastián Zamora, quedando inconsciente en el lecho del rio.
A los ciclistas los pacos los tienen entre ceja y ceja. Sin bulla, sin aspavientos, ni proclamas altisonantes, ellos han estado, desde que se inició el levantamiento popular, al lado del pueblo.
Marcharon cientos a funar a Piraña en las puertas de su casa; marcharon cientos para despedir a Luisa Toledo, la madre de los hermanos Vergara y también marcharon cientos para despedir a la reportera de Señal 3 de la Victoria, Francisca Sandoval. Y como cada viernes, hoy también acudieron a Plaza Dignidad para estar allí donde el pueblo pide, semana tras semana, por la libertad de sus presos políticos.