El gobierno a través de su Ministro de Educación, el de los negocios de la subvención, Marco Antonio Ávila, el mismo que ningunea las movilizaciones de los muchachos porque “esto no prendió”, salió condenando “enérgicamente” el ataque a las oficinas centrales de la Junaeb ubicada en calle Monjitas.
“Porque estamos trabajando incansablemente por mejorar y aumentar las raciones…hemos siempre tenido las puertas del ministerio abiertas para reunirnos con los jóvenes y las familias pero siempre que se den con diálogo …” y bla bla bla bla bla bla…
La convocatoria se extendió veloz por las redes sociales y estuvo dirigida a todos los muchachos de los liceos públicos de la capital. Llegaron cientos, marcharon enérgicos hasta la casa central de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas, esa institución podrida de pies a cabeza.
Porque, como en los viejos tiempos, «a puro pan, a puro te, así nos tiene Junaeb»…