Hace un par de horas, Lloyd Blankfein, el presidente “senior” de la gigante de los fondos inversión estadounidense Goldman Sachs, en una entrevista con el medio CBS señaló que «si dirigiera una empresa grande, estaría muy preparado para esto. Si fuera un consumidor, estaría preparado para esto».
Con “esto” se refiere a una recesión en Estados Unidos. Las alertas se vienen anunciando hace semanas. Pero la recesión no es inevitable, señala, pero el camino para enfrentarla es “doloroso”, advierte. Sí, el precio es que nuevamente paguen los trabajadores, con su hambre.
No es de ahora que los trabajadores conocemos su receta.
Pero ya no están los tiempos para usarla. Así es que la crisis ha venido tomando forma de movilización en Chile, Colombia, Perú, Argentina…
También en Sri Lanka, donde el pueblo salió masivamente a las calles con tal fuerza que llegó a puertas mismas de la casa del primer ministro, dispuesto a todo. El primer ministro cayó.
O el viernes pasado en Irán, donde la gente se volcó a las calles luego de los anuncios del régimen de aumentar los precios de diversos productos básicos como el aceite, el pollo, los huevos y la leche. El pan ha subido un 300%.
Presa del pánico, los “consumidores”, como les llama Blankfein, acudieron a las tiendas y supermercados a “acaparar” productos para la alimentación antes que los precios se dispararan. Pero al pánico le siguió la protesta que partió en el empobrecido sur de Irán.
Si bien lo recogido por los medios oficiales este viernes es el primer paso con que el régimen reconoce la magnitud de la crisis, han sido las redes sociales las que han expuesto que la escala es general y que la fuerza del pueblo es incontenible cuando se desemboca. Ya son muchas ciudades en Irán donde el pueblo ha salido a gritar consignas contra el alza de los precios y contra la inoperancia de las autoridades para dar solución a la catástrofe.
Hay que recordar que allá en Irán, en noviembre de 2019, un mes después de comenzado el levantamiento popular chileno, que como un fuego extendió el poder popular por el mundo entero, también miles de miles salieron a las calles luego de que el régimen subiera un 50% el precio de los combustibles.
El señor Lloyd Blankfein, presidente “senior” de Goldman Sachs, tiene una receta para evitar la crisis, y dice, que será dolorosa.
De lo que no se ha enterado el señor Blankfein es que últimamente nosotros, los trabajadores, estamos usando otro libro de cocina, con otras recetas.
La nuestra, es la unidad para salir a luchar y para eso, decimos, no hay marcha atrás.