Una jornada de movilización

Hoy fue una jornada de movilización. Y como en toda jornada de movilización, el gobierno no perdió la oportunidad de convertirla en una de represión. Pero eso no detiene la voluntad del pueblo para salir a las calles y gritar fuerte.

A la par que cientos se congregaban en Santiago para movilizarse, a medio día los estudiantes y en la noche, el pueblo en Plaza Dignidad, el gobierno y las instituciones en un esfuerzo esquizofrénico trataban de dar señales de «responsabilidad política». Detuvieron a los dos delincuentes con arresto domiciliario involucrados en el ataque a la manifestación del Primero de Mayo y, por la tarde, daban palos y tiraban los perros a comerciantes ambulantes en Estación Central.

La marcha que congregó a los estudiantes era pacífica, pero a los minutos ya estaban los pacos reprimiendo.

La caminata por la Alameda de los que se manifestaban en apoyo a la familia de Francisca Sandoval era pacífica, pero en la retaguardia un contingente desproporcionado de pacos y sus carros lanza gases amedrentaban a la población.

Hoy fue un nuevo día de lucha. El pueblo le hace frente a los intentos por detener su avance. Está decidido. Ayer, la más clara y honesta desde el lugar donde las instituciones callan, habló Fabiola Campillai.  Fue la única representante que, desde el Senado, dijo la verdad. “Hoy pedimos justicia, que no hay más impunidad… desde el 18 de octubre se han perdido muchas vidas en manos de Carabineros y hoy fue nuestra Fran”, señaló sin miedo.