Antofagasta vive un nuevo episodio en la lucha que enfrenta al alcalde Jonathan Velásquez en contra de los profesores organizados. El método es archiconocido. Hostigar, perseguir, denostar, demandar. Hay que elegir trinchera. O con los trabajadores o contra ellos. No hay más.
Apartarlos o extinguirlos. Por vía administrativa o judicial. Ponerlos en el banquillo de los acusados. Usar las redes sociales para mentir y difamar. Es el estilo de relaciones laborales del alcalde de la comuna de Antofagasta, Jonathan Velásquez. Nada nuevo. Juzgue usted.
El edil mide fuerzas con los y las trabajadoras de la municipalidad y de la Corporación Municipal de Desarrollo Social (CMDS), en un abierto caso de lucha de clases entre el poder institucional, el régimen, indiferente a las necesidades de la clase trabajadora y la organización y lucha de esta por conseguir avances y mejoras.
Para ganar esta batalla, Velásquez ha recurrido a los tribunales laborales. Interpuso una demanda de desafuero sindical contra Ivette Gareca Flores, presidenta del Sindicato de Profesores y Profesionales de la Educación, tras haber transcurrido escasos días desde que los profesores y trabajadores de la educación depusieran el paro que se extendió por casi un mes y volvieran las clases a las cerca de 30 escuelas y liceos en huelga.
El encono del llamado alcalde de internet, como fue “chapeado” Velásquez durante el paro, debido a su nula capacidad de diálogo y a su afán de ventilar su miope visión de la problemática por las redes sociales, alcanza tal nivel que no solo ha solicitado el desafuero de Ivette Gareca, sino que también busca apartarla lo antes posible de sus actuales funciones sin pago de remuneraciones.
Según lo expresó el Sindicato de Profesores y Profesionales en una declaración pública, el alcalde está usando la demanda como revancha por la huelga reciente y para presionar a Ivette Gareca a que desista de seguir adelante en una causa judicial por práctica antisindical que ese gremio presentó el año pasado contra él, amenazándola con la pérdida de su empleo, ya que ella, de profesión psicopedagoga, carece en estos instantes de una habilitación exigible por el estatuto docente, bajo el cual fue suscrito su contrato de trabajo, lo que contrasta con el trato que la CMDS le da a las demás psicopedagogas, a las cuales les efectuó contratos bajo el Código Laboral, contexto en cual no es exigible la habilitación que a ella se le está imponiendo.
Incumplimiento de compromiso
En la declaración pública antes aludida, el Sindicato manifiesta que el alcalde y la CMDS están incumpliendo el compromiso por el cual se depuso el paro, ya que una de las cláusulas del acuerdo es que no habría represalias ni hostigamiento contra profesores, dirigentes y/o los trabajadores de la educación que apoyaron la huelga, acción de presión sindical que tuvo por propósito que se realicen mejoras de infraestructura y se superen la falta de personal y de recursos económicos que afectan a las escuelas y liceos de la comuna.
Anteriores casos de abuso alcaldicio
Es importante recordar que el estilo patronal y abusivo del alcalde Velásquez y la abierta lucha de clases con los trabajadores y trabajadoras no se produjo a raíz de la huelga, sino que comenzó al poco tiempo de asumir como jefe alcaldicio, hace alrededor de 10 meses, generando conflictos y despidiendo con escándalo mediático a dos de sus profesionales de confianza y también con la transmisión en vivo por redes sociales del supuesto atraso en el ingreso a la jornada de trabajo de funcionarios y funcionarias de la casa central de la CMDS.
Por ese criticable caso de abuso y atropello de la dignidad de los y las trabajadoras de la CMDS, Jonathan Velásquez recibió una primera resolución en su contra, tras un recurso judicial presentado por el Sindicato de Profesores y Profesionales de Educación. El tribunal respaldó la acusación del gremio, en el sentido que el alcalde vulneró gravemente los derechos, el honor y la integridad síquica de los y las trabajadoras, al exhibir en una transmisión en vivo por las redes sociales una lista con nombres e imágenes de los trabajadores y trabajadoras que supuestamente estaban llegando atrasados a la jornada laboral de la mañana. En esa primera medida judicial se obligó a la CMDS y especialmente al alcalde a eliminar las imágenes, audios y comentarios que había subido a redes sociales, bajo la advertencia de aplicarle una multa de 100 unidades tributarias mensuales en el caso de no obedecer.
De igual modo, a pocos meses de asumir como alcalde, Velásquez entró en grave conflicto con profesionales que sumó a su equipo de confianza; primero con el abogado Felipe Ascencio Otárola, director jurídico del municipio, quien al ser despedido presentó un recurso de protección por desviación de poder y por actos vejatorios y de vulneración de su honor, y luego Yamile Guzmán, exadministradora municipal, quien también fue despedida, razón por la cual presentó una demanda por acoso laboral, a la vez de denunciar irregularidades y favores especiales a empresarios locales.
Como se ve, Jonathan Velásquez, otrora locutor que amenizaba la vida de los consumidores en una de las sucursales del monstruo del retail que es Falabella, y que luego pasó a conducir bufonescamente un programa de televisión pleno de banalidades, una vez puesto a la cabeza del municipio antofagastino ha dado señas de que junto con no tener “dedos para el piano”, es el arquetipo del burgués oportunista que abusa, desprecia y castiga a los trabajadores y trabajadoras en tiempos de normalidad, y con mayor saña cuando estos se organizan para ejercer la defensa y la lucha por alcanzar mejores condiciones de trabajo, de desarrollo y de vida.