Sapos, culebras y musarañas: ¡cocinan otro acuerdo nacional!

La oportunidad hace al ladrón. En este caso, fue un extraño tiroteo en Chillán que dejó dos muertos: a un carabinero y a un menor de edad, quien habría disparado en contra del uniformado. La ocasión bastó para revelar lo que ha estado ocurriendo tras bambalinas en los últimos días y semanas: una súper-mega-cocina del régimen para defenderse con pacos y milicos.

Qué mejor oportunidad, como anillo al dedo. Sin pudor con el dolor de ambas familias, los representantes del régimen tomaban el guante. Por un lado, el presidente de la República, Gabriel Boric, por otro, el dirigente de la derecha más reaccionaria, Javier Macaya de la UDI. Ambos, a falta de otra alternativa, juntan los ingredientes para cocinar otro gran acuerdo nacional.

“Hoy día hablaba con el presidente de un partido de oposición, con (el senador) Javier Macaya; conversábamos la necesidad de que, transversalmente, todas las fuerzas políticas tengamos un acuerdo nacional en materia de seguridad. No podemos seguir permitiendo esta violencia, no podemos seguir permitiendo este descontrol de armas ni de delincuentes”, dijo Boric.

Y profundizó en una confusa teoría sobre las causas de “la violencia”. No consideró la complicidad de Carabineros con el crimen organizado, no pensó en el lavado de dinero efectuado por grandes consorcios financieros, ni siquiera perdió un minuto para ponderar la relación archicomprobada entre el deterioro de la situación económica de la población y el aumento del crimen.

No, lo que captura la atención del mandatario es “la nueve” hechiza. Eso es.

“Creo que alguien estaba tratando de polemizar respecto de si (la causa de la violencia) eran las armas o eran los delincuentes… son los dos. Hay un ingreso y una tenencia de armas, tanto hechizas como armas de fogueo modificadas, como armas robadas, que es gravísimo en Chile, y ahí no vale la pena tratar de hacer polémicas con uno u otro sector. Como bien me planteaba Javier (Macaya), tenemos que tener un acuerdo totalmente transversal en esto”, declaró.

Esto sí que fue rápido.

Pero no inesperado. En los días y semanas pasadas, el gobierno se puso a la tarea de encubrir el ataque de civiles armados en contra de la manifestación del Primero de Mayo; prometió, en sus negociaciones con los camioneros y con la derecha, resucitar y hacer suya la agenda represiva de Piñera -ley de control de armas, ley de inteligencia, y varios proyectos con nombre propio que buscan aumentar penas, entre otros. Además, quiere armar una especie de estado de excepción permanente, para consolidar la militarización del territorio mapuche.

¡¿Cómo eso no iba a ser coronado con otro “gran acuerdo nacional”!? Por “la paz”, por supuesto.    

¡Atentos, que está todo pasando!

¡Están cocinando de lo lindo! Sapos, culebras, musarañas y otras cochinadas.

Y parece que, con este menú, está todo sobre la mesa.

Boric incluso dijo que no tendría problema que le acortaran su mandato en las disposiciones transitorias de la nueva constitución.

Uyuyuy.

En un universo paralelo, hoy comenzó el juicio contra 31 altos mandos y funcionarios de los pacos por el mega fraude conocido como Pacogate. El caso de malversación de fondos, lavado de activos y otros delitos en que los uniformados, sobre en mano, peso a peso, le robaron cerca de $29 mil millones a todos los chilenos.

De esto, nadie, fuera de las salas del tribunal, habló.