Antofagasta: un paro por la dignidad de la educación

El año escolar comenzó. Con él la vuelta a clases presenciales. Y de nuevo los mismos problemas. Porque esa es la cuenta que sacan en Antofagasta. Todo sigue igual o peor. Nada ha sido resuelto. Acá nadie está para actos simbólicos ni discursos. El pueblo a lo que aspira y merece, es dignidad. Y por eso están dispuestos como siempre a luchar.

Un pequeño estudiante de la escuela Gustavo Le Paige de Antofagasta, con gesto de extrañeza le señalaba a su tía que no entendía porqué no tenían clases si los muros de los pabellones del establecimiento hacia la cual está cerrado el paso se hallan agrietados desde hace mucho tiempo. Tanto tiempo que para los más pequeños el estado de precariedad estructural de las escuelas y liceos municipalizados es algo normal, es la realidad de cada día.

Para los estudiantes de enseñanza media, lo que este pequeño percibe como normal, es inaceptable. La conciencia desarrollada al calor de las múltiples luchas dadas, les impulsa hacia adelante. Fueron grupos de secundarios, quienes el 29 de octubre, con motivo del Día del Joven Combatiente, llamaron a paro de clases reclamando por el estado deplorable e insalubre en que se hallan las escuelas y liceos tras la vuelta a clases presenciales.

Y fue así que impulsados por la juventud, a la semana siguiente los profesores, profesionales de la educación y asistentes de aula de 30 escuelas y liceos (de un total de 50 establecimientos) se animaron a emprender una huelga de advertencia de 48 horas (días 5 y 6 de abril) para denunciar una gran cantidad de problemas y de carencias y exigir una pronta solución que entregue la dignidad que se merecen tanto los trabajadores de la educación como los hijos e hijas de la clase trabajadora. Pero ante la indiferencia de los directivos de la municipalidad y de la Corporación Municipal de Desarrollo Social (CMDS) y la nula respuesta a las peticiones formuladas, el Sindicato de Profesores y Profesionales de la Educación optó por extender la huelga por lo menos hasta este 19 de abril, para lo cual la semana pasada se realizaron asambleas en que se consultó la opinión de estudiantes y de apoderados.

Los problemas y carencias

La información que han dado a conocer los y las trabajadoras de la educación, da cuenta de las condiciones de los establecimientos educacionales que se caracteriza por daños estructurales en muros y pisos, falta de casinos para la colación, condiciones de insalubridad por plagas de palomas y pulgas, falta de protocolos y de insumos relacionados con las medidas de prevención para contener la propagación del Covid 19, carencia de personal de aseo y de asistentes de aula y condiciones de inseguridad y de precariedad laboral por el predominio de una importante cantidad de contratos a plazo fijo.

Nada de soluciones pero mucho de reprochable oportunismo

Transcurridos 15 días de paro, las soluciones a las demandas de trabajadores de la educación, estudiantes y apoderados no asoman por ningún lado, pero lo que sí abunda es el oportunismo y la evasión ante la flagrante irresponsabilidad.

Al respecto, se puede mencionar cómo la municipalidad y la CMDS le están haciendo el quite al papel que juegan dentro de las calamitosas condiciones materiales de los establecimientos y de los problemas contractuales y de recursos humanos, ya que han salido a deslindar responsabilidades arguyendo que la Corporación tiene un déficit presupuestario de 4.500 millones de pesos, lo que complica darle pronta solución a los problemas en los establecimientos. Además, el alcalde, en una reunión con la Asociación Comunal de Padres y Apoderados de Antofagasta, dijo que los problemas vienen de administraciones anteriores y que ellos están trabajando por el bien de los alumnos, por el bien de la comunidad, pero que recién llevan 9 meses, y puntualmente con respecto a la suciedad y falta de aseo, argumentó que no pueden encontrar personal para las labores de aseo porque no hay quienes quieran hacer esa labor por $350.000 pesos de remuneración mensual. Todo esto contrasta con el optimismo que el jefe comunal exhibía en los días y horas previas al inicio del año escolar, pues como fue citado por un medio de comunicación televisivo local, el señaló que “Lo más importante es la educación de todos los niños y niñas de Antofagasta, que se sientan felices, que se sientan cómodos. La preocupación principal es que vayan a estudiar, que vayan a aprender, que recuperen todo ese tiempo perdido que no estuvieron junto a sus compañeros de curso». 

Respecto de la falta de recursos presupuestarios, la semana pasada en el contexto de una reunión de los dirigentes del gremio docente con autoridades del gobierno regional y comunal, uno de los concejales de la municipalidad aseguró que el año pasado le plantearon al alcalde la necesidad de generar planes y de revisar exhaustivamente el presupuesto asignado, debido al déficit, y que hasta ahora no se ha aplicado ningún plan para tratar de paliar esa situación.

En un punto de prensa, realizado por el Sindicato de Profesores y Profesionales de la Educación en el frontis del municipio, una de las dirigentes increpó al alcalde y lo responsabilizó de estar poniendo a los apoderados contra la causa y la movilización del profesorado, ya que el jefe comunal ha estado sosteniendo reuniones con diferentes grupos de apoderados de distintos establecimientos, tras lo cual la Asociación Comunal de Asociación Comunal de Padres y Apoderados ha sido citada por medios de comunicación de la ciudad diciendo que la mayor parte de los apoderados es contrario a las movilizaciones que están realizando los profesores.

Ante el contraste entre el optimismo que mostraba el alcalde en las horas previas al comienzo de las clases y las evasivas que manifiesta hoy, cabe hacerse la pregunta de si él mintió o se hallaba totalmente desconectado de la realidad de los establecimientos educacionales bajo su responsabilidad.

Lo cierto es que la crisis actual, que se levanta como una constante, nos proporciona la certeza de que el Estado y los sucesivos gobiernos burgueses se desentienden de la educación pública y la privan de un plan de desarrollo a largo plazo basada en los intereses de la clase trabajadora, negándole recursos financieros, materiales y humanos, reproduciendo así de manera permanente las condiciones de desigualdad que impactan negativamente en la formación escolar de los hijos del pueblo, mientras que en el lado opuesto, los hijos de la burguesía acceden a la formación educacional privada en los colegios que les son reservados pretendiendo eternizar sus condiciones de privilegio. 

En Antofagasta, al menos, estudiantes, profesores, trabajadores de la educación, padres y apoderados, seguirán luchando por la dignidad de la educación. Otra demanda que sólo el pueblo organizado y con el poder en sus manos podrá resolver de una vez por todas.