La crueldad de las guerras

Cualquier guerra, aún la más pequeña, deja un saldo de muertes en su camino. Pero también es una demostración de quiénes la llevan con una crueldad especial, destinada a aterrorizar.

Hace algunos años atrás nos sorprendíamos con los sucesos que acaecían en Irak y luego en Siria. Un grupo surgido de la nada, trataba de establecer un califato en esos territorios. Había surgido de un Irak destruido por los estadounidenses y sus aliados; en Siria, se aprovechó de la llamada “primavera árabe” para intervenir y disputarle el poder al régimen de turno.

ISIS -o Estado Islámico- tenía una fuerza inusitada y rara. Podía luchar contra dos países al mismo tiempo, algo que complicaría a un estado “de verdad”, islámico o no.

Lo que quedó en la retina del mundo fue el uso intensivo de los medios de comunicación, sobre todo a través de internet. Los miembros de ISIS no sólo glorificaban sus acciones contra el enemigo, sus ataques con carros bombas en los que se inmolaban para capturar una posición, sino que persistentemente manifestaban la idea de que iban avanzando y ganando la guerra.

Quizás lo más impactante de todo esto, era el uso de la propaganda terrorista. Mostraban ejecuciones de enemigos capturados, militares o civiles. Mediante una elaborada puesta en escena exponían lo que les depararía a quienes no se sometieran a ellos. Decapitaban, quemaban a personas en jaulas, las fusilaban, etc.

El Estado Islámico no era una fuerza regular. Es considerado por todos los países como una organización terrorista. Es decir, no se le aplican las leyes de la guerra cuando se lucha en contra de ellos. Eso significó que, tanto en Irak como en Siria, fueran aniquilados decenas de miles de sus efectivos.

En la guerra actual, en la operación militar especial de Rusia contra Ucrania, volvemos a sorprendernos de la bajeza moral de los seres humanos en las guerras. La misma Europa que ha tenido dos conflagraciones mundiales vivió de primera fuente las muertes y el flagelo de la violencia en contra del enemigo y la población civil.

Occidente defiende a Ucrania como un país invadido por Rusia, sin razones válidas, sólo con la intención de anexarse territorios para, así, recrear al imperio zarista o a la Unión Soviética. Así lo exponen los medios de comunicación europeos y yanquis. Rusia, en tanto, plantea que desde hace ocho años se aplicaba en el Donbas una política de exterminio en contra de los ucranianos de habla rusa y que el conflicto estalló para evitar una masacre por parte de los ucranianos nacionalistas apoyados por los países occidentales.

¿Quién tiene la razón?

El paso de los días va dándole la razón a los rusos. Algunos hechos demuestran que las tropas nacionalistas ucranianas no están compuestas por seres humanos, sino por “bestias” o “monstruos”, que se solazan con el sufrimiento de un ser humano indefenso.

Ametrallar las piernas de soldados rusos capturados y amarrados, y dejarlos morir, mientras se divierten, muestra su psicopatía. Los hechores pertenecen al destacamento nacionalista Kraken, que se mueve en los alrededores de Kharkov.

En otro caso, uno de estos soldados nacionalistas acuchilla a un soldado capturado y lo mata.

Otros robaban los celulares de soldados rusos muertos y llamaban a sus familiares para burlarse. Más impactante que esa bajeza en sí mismo, es que divulgaran por todos los medios a su disposición ese hecho indigno.

Incluso ISIS no llegaba a tanto, pues drogaba a sus víctimas para limitar su sufrimiento.

El Reino Unido, a través de sus voceros, declaró que aceptaría, sin dudar, a este tipo de soldados nacionalistas. Lo dicen, porque en su historia tienen un prontuario similar de maldad hacia otros pueblos.

En este conflicto, en que se enfrentan dos estados, deben respetarse tratados como la convención de Ginebra, que ampara a los soldados capturados, en los que no se permite el maltrato, la tortura ni el asesinato. El gobierno ucraniano dice que investigará el caso, pero afirma, “somos un ejército europeo y no nos burlamos de nuestros prisioneros”.

Que sean un ejército europeo y usen el terror como herramienta, sin embargo, no es una contradicción. Es lo que han hecho los ejércitos coloniales, es lo que han hecho los nazis, es lo que ha ocurrido en numerosas guerras civiles.

Algunos llevan la crueldad en la frente, como mancha imborrable.