La primera etapa

Durante un mes de combates, las pérdidas para las fuerzas armadas de Ucrania son contundentes. Recién ahora, Rusia da por cumplida la primera fase de su operación especial militar.

La operación militar especial de Rusia sobre Ucrania, con los objetivos de «desmilitarizar» y «desnazificar» el país, cumple un mes de duración.

Sus causas nacen de la guerra de baja intensidad que el régimen ucraniano libraba en una parte de su territorio, que se había rebelado en contra la intención del gobierno de ser parte de la Unión Europea, dejando de lado las relaciones con Rusia.

Catorce mil personas han muerto desde entonces, en choques bélicos, bombardeos indiscriminados o masacres realizados por las tropas nacionalistas y el ejército regular ucraniano.

Frente a una nueva reactivación militar del conflicto, Rusia intervino.

Todo hacía presumir que se preparaba la aniquilación de la resistencia en el Donbas y el posterior ingreso de Ucrania a la OTAN.

Los hechos que fundamentan esa sospecha son muchos. Un panorama, sólo del período de la pandemia, es decir, desde inicios de esta década, lo demuestra:

  • el incremento exponencial del ingreso de material bélico letal a Ucrania;
  • la intensificación de la ayuda militar y de actividades de asesoramiento de la OTAN al ejército ucraniano y a los batallones nacionalistas;
  • la ruptura del proceso político para la implementación de los acuerdos de Minsk;
  • el aumento de la propaganda nacionalista;
  • el incremento de tropas de la OTAN en países fronterizos con Rusia, como los estados bálticos y Polonia (con la que Rusia comparte límites territoriales en su enclave de Kaliningrado);
  • la intervención de países miembros en conflictos internos en países como Bielorusia y Kazajastán;
  • y el aumento directo e indirecto de las tensiones militares con fuerzas de la OTAN, como la guerra entre Armenia y Azerbaiyán (apoyada por Turquía) y numerosos incidentes navales en el Mar Negro, especialmente con componentes de la armada británica.

Ucrania se muestra como la víctima del conflicto. Pero, en términos nominales, su cantidad de efectivos, más de un millón, supera a todos los otros países europeos, incluyendo a Turquía, que ha estado combatiendo en varios frentes, internos y externos, durante décadas. La magnitud de sus fuerzas armadas no se condice, tampoco, con su nivel de desarrollo económico, pero sí con la de un país que se ha armado, con ayuda de la OTAN, para una intensificación de la guerra interna en que esperaba disuadir una eventual intervención rusa en apoyo de las repúblicas del Donbas.

Caricatura china, muestra las mentiras militares ucranianas que se imponen en la internet.

Ucrania también se presenta como un país que ha resistido heroicamente a un invasor mucho más poderoso. Al margen de que esa descripción no se ajusta, como hemos visto, al enorme tamaño de su aparato militar, los hechos objetivos, un mes después, muestran un cuadro muy distinto.

Ucrania no ha podido resistir el primer envión ruso.

Su armada no existe.

Su fuerza aérea está desactivada. Sus sistemas de defensa aérea han sido gravemente reducidos.

Lo que le queda es ejército de tierra.

Y éste ha visto como su suministro logístico ha sido comprometido, con sucesivos golpes a los principales centros de acopio de combustible, municiones y alimentos.

El ejército ucraniano, en un inicio, contaba con cerca de 200 mil soldados en operaciones, una cantidad monumental. Después de un mes, ha tenido 30 mil bajas -14 mil muertos y 16 mil heridos. Eso, sin contar los cerca de mil soldados que han desertado y los prisioneros. Sólo en el Donbas, contaban con 59 mil soldados, casi un tercio de su fuerza total. Allí, los ucranianos han tenido 16 mil bajas.

Sus fuerzas están paralizadas en diversas partes del país. No tienen capacidad de movimiento, ni de tomar la iniciativa. Sus soldados más preparados estaban en el frente de Donetsk, donde están siendo diezmados.

Al comenzar la operación militar especial rusa, los ucranianos tenían 152 aviones. Han sido destruidos 112. Tenían 2.416 tanques y vehículos blindados. Han sido destruidos 1.587. Poseían 149 helicópteros. Han sido destruidos 75. Había adquirido 36 drones turcos Bayraktar. 35 han sido destruidos. Tenían 180 sistemas S-300 y Buk M1. Han sido destruidos 148. De 300 estaciones de radar, 117 han sido destruidas.

En la actualidad hay 6.595 mercenarios extranjeros peleando en Ucrania contra las tropas rusas. Han muerto cerca de 300 en el conflicto. Estos mercenarios no están sujetos a las leyes de la guerra, lo que indica que, si los capturan, corren por su cuenta. Ese riesgo limita su capacidad de despliegue en los distintos frentes.

En cuanto a la defensa territorial, sería un error contar como soldados a los civiles que ha recibido armamento. Un fusil con sólo un cargador de treinta municiones no significa un incremento de la capacidad combativa general. Al contrario, han resultado en un peligro para los propios ucranianos, pues estos nuevos efectivos, sin preparación ni organización, actúan indiscriminada, temeraria y confusamente: matan a civiles, se disparan entre ellos y a soldados de su propio ejército.

Rusia comenzó su operación con cerca de 100 mil soldados. En este mes ha tenido 5.176 bajas, 1.351 muertos y 3.825 heridos.

En el plano operacional han destacado el uso de misiles Kalibr y Daga en los bombardeos de precisión; los helicópteros Mi y Kamov Caimán para apoyo y destrucción de objetivos; los sistemas de defensa aérea Pantsir; los equipos de guerra electrónica para engañar los radares; la protección del equipo blindado y, en general, el profesionalismo y la tenacidad de los soldados rusos.

Por lo anterior, ha sido posible sitiar las ciudades de Kiev, Kharkov, Chernigov, Sumy y Nikolaev, y tomar Kherson y gran parte de Zaporozhie. Ahora, están a un tris de liberar Mariupol.

La cantidad de armamento capturado es enorme. Ese material es traspasado a las milicias de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. Ya se han entregado 113 tanques, 138 misiles antitanque Javelin, vehículos blindados de todo tipo, porta-pontones, sistemas de defensa aérea, y una gran cantidad de armamento menor. Está a la espera de la entrega, en un futuro próximo, de decenas de helicópteros capturados.

Las autoridades rusas han permitido que voluntarios se suman a las fuerzas en operaciones y de apoyo, sobre todo en las repúblicas populares, como ya ocurrió en el 2014. Es el balance de la primera etapa de la operación militar especial.