Hoy un muchacho de 16 años está en el hospital, grave y fuera de riesgo vital, dicen. Ayer, una patota lo golpeó hasta dejarlo al borde de la muerte. Los delincuentes, encubiertos en la multitud del comercio ambulante, actuaron con impunidad. Pero esto viene sucediendo hace rato.
Lo de ayer fue con palos y fierros, pero salieron armados. En la prensa titulan “se enfrentan estudiantes y comerciantes ambulantes”. Pero lo que podemos ver en las imágenes son un grupo de matones golpeando muchachos. Claro, los chicos se defendieron.
La golpiza habría sido porque los ambulantes estaban enojados por el cierre de la estación del metro, por la marcha. Pero a los muchachos los están atacando estos peculiares “ambulantes” cada vez que salen a marchar. Haya un metro cerrado cerca o estén en el mitad de la nada.
En las redes circularon videos de la patota organizando la salida. Un auténtico espectáculo. Atléticos delincuentes, mercenarios con palos y, alguno, con su “nueve”. El video es con publicidad. No temen dar la cara, muestran las armas. ¿Por qué no temen dar la cara?
No temen dar la cara por la misma razón que los corruptos del régimen -militares, pacos, políticos- no temen robar. No hay consecuencias. Hoy por ejemplo, salió libre el paco que le disparó a matar, también a matar, a otro joven.
Por el carril de la “institucionalidad”, el municipio de Estación Central anunció que interpuso una querella contra los responsables de los desórdenes, por homicidio frustrado y lesiones.
“Acabamos de interponer una querella en contra quienes resulten responsables de las agresiones que hoy sufrieron las y los estudiantes en Estación Central”, señaló en sus redes el alcalde Felipe Muñoz. “No permitiremos que sigan existiendo situaciones de violencia que queden en completa impunidad”, agregó. Pero eso se ha estado permitiendo durante mucho tiempo.
El gobierno hizo otro tanto. Querella. Curioso, porque ellos, el gobierno, son los que dirigen a Carabineros. Y esos son los que hacen negocios con esos mismos matones del sector, y son los que se replegaron, dejándole la vía libre a estos mafiosos, en esta ocasión. Seguramente, habrá algo más que pudiera hacer, considerando que está comprometida su responsabilidad.
Veremos. Llegó la hora de la patota, esos métodos que ocupa el régimen para amedrentar cuando el pueblo ha mostrado su decisión de luchar y no volver atrás.
Hagan como quieran, señores. Habrá que terminar con eso, también.