Los afectados tuvieron que salir a cortar la ruta 68 para ser escuchados. El problema es que ahora la empresa quiere más platita para hacer el proyecto de electrificación. Las familias habían logrado juntar los $4 millones que tenían que aportar. El proyecto costaba $9 millones. Pero ahora la empresa quiere $34 millones. Así de simple, con plata baila el monito y las empresas hacen lo que quieren y no hay quien regule.
Los vecinos del sector necesitan la luz para además abastecerse de agua. Entonces, hace cinco meses están sin luz y también sin agua. Enel dice que subió el valor del proyecto porque este ya no sería social sino privado porque las casas están emplazadas en un terreno privado. ¡Vaya explicación de enciclopedia!
“Nosotros estamos dispuestos, tenemos los recursos y podemos incluso disponer de más, pero necesitamos que Enel entienda que esto es una problemática social”, afirmó Ítalo Bravo, alcalde de la comuna que acompañó a los vecinos en la toma de la carretera.