Al igual que en diversos lugares del país, salimos a la calle. Por un sentimiento que une, por las demandas de nuestro pueblo, por los presos, Por justicia para los mutilados y asesinados, por cambiarlo todo.
Viernes 11 de marzo, a las 18:00 horas en la Pinacoteca de la UdeC.
El mismo día del cambio de mando, en varias regiones del país convocaran a manifestarse, algunos en sus poblaciones, otros en las capitales regionales. Acá en el Biobío es a movilizarse en las poblaciones y marchar por la tarde en Concepción, teniendo como punto de encuentro la Pinacoteca de la UdeC a las 18 horas. El llamado es a salir a las calles por la liberación de los presos y por todas las demandas incumplidas a nuestro pueblo.
Un extracto de la convocatoria señala:
“…Decididos, decididas, salimos a provocar la protesta este 11 de marzo en Concepción . Hasta liberar a los nuestros, Este 11 de marzo protesta popular en las poblaciones y en todo espacio que nos encontremos. Este 11 invitamos a las fuerzas políticas, sociales y poblacionales a hacer suya esta convocatoria, Este 11 marchamos a las 18 horas desde la pinacoteca, Indulto o lo que sea, pero libertad a nuestros presos. Por todas las demandas, contra las alzas, contra esta salud de mierda que se hace eterna espera para nosotros los pobres, porque la educación nos segrega cada vez mas…” señala y continúa el texto suscrito por coordinadora popular subversiva: “¡Castigo al asesino de Manuel Rebolledo Navarrete!, ¡Castigo a los asesinos de Pablo Marchant!, ¿Dónde esta Geraldo Monares, ¡No más Mónicas Vásquez !
¡Porque estamos peor que antes! ¡A luchar contra los nuevos opresores!”
Conocemos la conformación del nuevo gobierno, sabemos que es continuidad de un régimen que estaba en el piso, golpeado y debilitado y que fue salvado por ellos mismos. Boric acordó con ellos firmando con la sangre de los muertos y mutilados el acuerdo por la Paz y hoy se instala con aires de cambios, sumando a representantes de los partidos corruptos de los treinta años y contra quienes salimos a la calle. Ellos no dudaron en condenar y encarcelar a los luchadores que aun se encuentran presos en las cárceles chilenas. No perdonamos, no olvidamos y seguiremos en las calles hasta liberarlos a todos.
Y sabemos que ellos no cambiarán nada, maquillarán y entregaran migajas. Sabemos que, con Boric, no subirán los sueldos, ni bajarán las deudas. No llegaremos más temprano a casa a estar con nuestros hijos e hijas. No serán más cortas las colas en el consultorio, ni atenderán mejor a los enfermos. La escuela seguirá sin agua y papel en el baño y con niños amontonados arriesgando su vida y la de los docentes, por poner en marcha la economía. Las jubilaciones no mejorarán; las AFP, por supuesto, no se cansarán de saquear. El combustible y las cuentas no bajarán. Nuestras hijas no estarán seguras en las calles. No terminará el estado de sitio, ni las matanzas en las tierras mapuche. Las grandes empresas no dejarán de envenenar los mares y los territorios. No habrá menos desvergüenza y corrupción entre los diputados y senadores. El gobierno no dejará de mentir y ofrecer dipironas. Los pacos no dejarán de matar y todos los jefes militares no pararán de robar. Y los dueños de nuestro país no cesarán de venderlo, pedacito a pedacito, al mejor postor.
Por eso salimos a la calle porque sabemos que la solución no está en manos de los representantes de un régimen caduco y corrupto, sino en nuestras manos, en las manos de la clase trabajadora que irrumpió con todas sus fuerzas el 18 de octubre y hoy retoma lo comenzado ese día.