En el octavo día de la “operación militar especial”, el régimen ucraniano empieza a ceder. En las conversaciones entre Moscú y Kiev se acordó el establecimiento de corredores humanitarios para el desplazamiento de la población civil. Mientras, todo indica que Rusia se prepara para una gran batalla para tomar Odesa.
Fuerzas rusas están persiguiendo al contingente compuesto por tropas del ejército ucraniano y las milicias neonazis hacia Mykolaiv, en el sudeste del país, la última estación antes de Odesa. Allí, los defensores habían hundido el buque insignia de la Armada ucraniana, Hetman Sahaidachny, para evitar que caiga en manos de la marina rusa.
La medida que, de acuerdo a algunas versiones, se habría tomado en los inicios de la operación militar, demuestra el temor de los ucranianos de que Rusia use su dominio marítimo para una operación anfibia sobre Odesa.
Los combates en esa zona han alcanzado también la planta nuclear de Zaporizhzhia, la mayor de Europa. En los días previos, la propaganda ucraniana había mostrado una importante concentración de miembros de las milicias neonazis en los accesos al complejo. Un incendio en los edificios administrativos, aparentemente, luego de bombardeos rusos, fue declarado “sin peligro” para los reactores por los propios responsables de la agencia nuclear ucraniana y los cuerpos de bomberos en el lugar.
Sin embargo, el gobierno de Kiev, que inicialmente confirmó esa evaluación, ahora habla de un “grave riesgo”, sin antecedentes que lo sustenten, y pide una intervención “de Europa”.
Mariupol, en tanto, más al este, es el escenario de encarnizados combates. Su captura por Rusia y las fuerzas de las repúblicas populares significaría la derrota fundamental de los batallones neonazis y establecería una garantía de seguridad para el Donbas.
Paralelamente, la segunda jornada de conversaciones entre ambas partes en Bielorusia logró el primer acuerdo concreto: el establecimiento de corredores humanitarios y, de manera más vaga, un posible alto al fuego para permitir el desplazamiento de la población civil.
Esta es la primera vez en que el régimen de Ucrania cede en su posición de escalada de la guerra. La decisión es consistente con los hechos en terreno. El asedio a Jarkov, la segunda ciudad del país, se ha intensificado con bombardeos en diversos puntos que también han alcanzado zonas habitadas. Según Moscú, el ejército ucraniano y las milicias neonazis emplazan deliberadamente posiciones en medio de la población civil.
Mientras, el presidente Vladimir Putin aseguró, en una conversación con su colega francés, que la “operación militar especial” avanza de “acuerdo al plan”. Esa afirmación fue confirmada, indirectamente, por Emanuel Macron, quien sostuvo que la situación “se volverá peor”.