Justicia para Pablo Marchant

Familiares, amigos y organizaciones territoriales bajo la consigna “Justicia para Pablo Marchant” se convocaron a  una jornada cultural de carácter informativa por la exigencia de justicia  para el “Toñito”.  La jornada contó con  la participación de músicos y con la presencia de familiares y amigos. Revolución, presente también en la actividad  conversó con Miriam su madre y Camila su hermana  quienes nos brindaron una entrevista con el fin de difundir la situación actual del caso.  “Pablo Marchant, más conocido como el “Toñito” allá en el Wallmapu es mi hijo. Él era una persona diferente, diferente en el sentido de que se preocupaba por los demás, por la injusticia, sobre todo por la injusticia que está sufriendo el pueblo Mapuche.  Se fue al Wallmapu porque él  tenía un objetivo, él amaba la libertad, por lo mismo buscaba la libertad del pueblo Mapuche.  Pablo empezó todo un proceso  – que fue difícil para él también –  se despojó de amigos y  estudios para hacer una vida completamente diferente a la vida que él tenia y lo asumió  con dignidad, humildad, nobleza. Ahí   aprendió, se adentró y amó.” Nos relató su madre. “Yo me siento muy  orgullosa, a pesar de todo el dolor que tengo por su muerte, por su ejecución –  por que hay que decirlo así como es, Pablo fue ejecutado- pero aún así estoy muy orgullosa porque lo que él entregó,  por su decisión». Nos compartió con emoción Miriam. Justicia para Pablo, justicia para todos quienes han estado al arbitrio de la justicia chilena y que pertenecen al pueblo de a pie que sabe  de las injusticias del sistema judicial de  Chile.  Sabe de la corrupción,  sabe de la impunidad, sabe que está hecha para liberar a los ricos y encerrar al pobre. Sabemos que si queremos  lograr algo, hay…

Familiares, amigos y organizaciones territoriales bajo la consigna “Justicia para Pablo Marchant” se convocaron a  una jornada cultural de carácter informativa por la exigencia de justicia  para el “Toñito”.  La jornada contó con  la participación de músicos y con la presencia de familiares y amigos.

Revolución, presente también en la actividad  conversó con Miriam su madre y Camila su hermana  quienes nos brindaron una entrevista con el fin de difundir la situación actual del caso.  “Pablo Marchant, más conocido como el “Toñito” allá en el Wallmapu es mi hijo. Él era una persona diferente, diferente en el sentido de que se preocupaba por los demás, por la injusticia, sobre todo por la injusticia que está sufriendo el pueblo Mapuche.  Se fue al Wallmapu porque él  tenía un objetivo, él amaba la libertad, por lo mismo buscaba la libertad del pueblo Mapuche.  Pablo empezó todo un proceso  – que fue difícil para él también –  se despojó de amigos y  estudios para hacer una vida completamente diferente a la vida que él tenia y lo asumió  con dignidad, humildad, nobleza. Ahí   aprendió, se adentró y amó.” Nos relató su madre. “Yo me siento muy  orgullosa, a pesar de todo el dolor que tengo por su muerte, por su ejecución –  por que hay que decirlo así como es, Pablo fue ejecutado- pero aún así estoy muy orgullosa porque lo que él entregó,  por su decisión». Nos compartió con emoción Miriam.

Camila la hermana, y Miriam, la madre de Pablo Marchant

Justicia para Pablo, justicia para todos quienes han estado al arbitrio de la justicia chilena y que pertenecen al pueblo de a pie que sabe  de las injusticias del sistema judicial de  Chile.  Sabe de la corrupción,  sabe de la impunidad, sabe que está hecha para liberar a los ricos y encerrar al pobre. Sabemos que si queremos  lograr algo, hay que organizarse, difundir y hacer que el reclamo individual por justicia, se transforme en un reclamo colectivo por todas las injusticias que vive el pueblo. Así también lo comprende Miriam, madre de Pablo quien  señala al respecto: “Quiero que la gente sepa lo que pasa aquí, que sepa que  el Estado genocida  trata de tapar sus actos  y quieren que todo quede impune. La verdad y la justicia deben salir  a la luz, no solo con la ejecución de mi hijo, sino con  muchas muertes más que han sucedido al alero del Estado.  No hay que acostumbrarse a eso, a la impunidad.  Mi hijo amaba la libertad, pensaba diferente,  pero no por eso tienen derecho a asesinarlo, a ejecutarlo. En esta  supuesta “democracia”,   está sucediendo esto y no debe pasar nunca más «. Y continua: “Lo que buscamos como familia es justicia para mi hijo, los criminales que lo ejecutaron,  el Estado, junto con la fiscalía y todas las forestales que están implicadas  allá en el WallMapu.  Llegaremos hasta el final para encontrar la justicia para mi hijo. Seguiremos haciendo diferentes tipos de actividades para llegar a la verdad y buscándola como sea, seguiremos firme como él.  Pablo era firme en sus ideales, así seguiremos nosotros, firme en busca de su justicia. Le pido a la gente que nos apoye en esto, apoyen a todas las organizaciones que buscan justicia, tanto sean las agrupaciones por la libertad de los presos de la revuelta, las comunidades mapuches, todos los que tienen algo que decir y que el Estado no quiere escuchar y darle solución al problema de fondo, porque aquí hay un problema de fondo que no se ha resuelto. “

Todos son cómplices del Estado asesino

Por su parte la hermana de Pablo, Camila Marchant  nos señala: “Hoy día estamos acá realizando una jornada cultural para exigir justicia para mi hermano Pablo Marchant.  Mi hermano era un weichafe Mapuche que cayó combatiendo, luchando contra las forestales en un sabotaje en el chem. Ellos estaban en  el proceso de exigir justicia. ¿Por qué a mi hermano lo ejecutaron?  Eso lo supimos mediante un método de peritaje que enviamos a hacer nosotros de forma privada con el abogado, ahí pudimos confirmar que lo ejecutaron. La  fiscalía  se ha comportado como cómplice y encubridor  de lo que pasó, porque han tapado toda la información. Se sabe que las declaraciones de los pacos  son mentira, declararon algo que no fue, que fue un enfrentamiento y la verdad es que no fue así, a mi hermano lo ejecutaron, lo podrían haber tomado detenido si hubieran respetado su derecho, pero no lo hicieron y entonces lo ejecutaron por una orden, porque querían a un miembro de la CAM.  Ellos pensaron que era Ernesto Llaitul, no sé con qué fin lo hicieron, no sabemos  que querían causar, pero así fue. En el proceso judicial la fiscalía se ha mantenido en silencio, no han respondido nada, han puesto fechas que no han respetado y desde que lo mataron se dieron muchas irregularidades, no  nos  dejaron entrar a verlo, a ningún familiar dejaron entrar.  Ocultaron información, dijeron que estaba con la cara desfigurada cuando no era así. En el servicio Médico Legal igual hubo irregularidades los que realizaron la autopsia  no dieron la información completa. Todos son cómplices también del aparataje del Estado.»

 El grito de justicia se escucha, no solo de parte de la familia de Pablo, también por los asesinados de ayer y los del levantamiento popular. El castigo que propina el régimen a quienes se deciden a cambiarlo todo, debería ser aleccionador, debería lograr que el resto no quiera movilizarse. Pero contrario a todo pronóstico, la ejecución de Pablo, el asesinato del «Polera», nuestros presos que aún esperan libertad, llenan al pueblo de rabia. Una rabia que se transforma, dia a día, en organización. Que se transforma en voluntad de cambio. En lucha sin cuartel contra los enemigos del pueblo. Y que finalmente conquistará la justicia, la paz y la libertad que todos y todas ansiamos. Esa por la que ofrendaron sus vidas todos los «Toñito» de esta tierra.