No fue en Pitrufquén

La revelación de abusos indecibles en comisaría de Carabineros activó a sus defensores. El problema no son los crímenes cometidos por los uniformados, sino su exacta ubicación geográfica.

Vaya manera de querer tapar el sol con un dedo. Efectivamente, los hechos no sucedieron en Pitrufquén sino en la Décimo Primera Comisaría de San Miguel, en Santiago, y los hechos no son de ayer, sino de hace un par de semanas. Sucedieron el 7 de diciembre pasado.

Carabineros se apuró en sacar una declaración pública, también a través de redes sociales con un video. “La situación es condenada completamente por Carabineros y no lo vamos a tolerar (…) Fue eliminado de forma inmediata el exfuncionario, fue formalizado y hoy cumple una prisión preventiva severa”.

La declaración de Carabineros fue reforzada por el ministro del Interior, Rodrigo Delgado. Que el paco fue dado de baja y que cumple con una prisión preventiva severa. Si estamos en la de descartar fake news, esta información es falsa.

El paco cumple arresto dimiciliario, luego de ser formalizado por apremios ilegítimos ante el 11º Juzgado de Garantía de Santiago, que fijó un plazo de 70 días para la investigación.

Según se puede extraer de los distintos reportes realizados por los medios de comunicación, incluida radio Bío Bío, que se limitó a entregar la versión del paco, una de las mujeres violentadas, de iniciales R.Y.R, funcionaria del hospital Exequiel González Cortés, acudió a la comisaría para presentar una denuncia por violencia intrafamiliar.

La acompañó una colega, que sería la que grabó la agresión con su celular. El paco en cuestión se habría negado a tomar la denuncia y las terminó atacando.  

“Empezó a tironearme, me llevó hacia los calabozos (…) en un pasillo y me empezó a ahorcar”, relató en una entrevista la mujer.  Ambas, cuenta la mujer, fueron arrastradas del pelo por el paco quien destruyó el teléfono con el que se grabó el video que hoy todos conocemos.  

Los hechos no sucedieron en Pitrufquén, ni tampoco el día de ayer. Suceden permanentemente en las comisarías del país: detenciones ilegales, abusos y tortura a las que son sometidos hombres, mujeres y niños, suicidios inexplicables.

Un territorio de nadie, donde los servidores de la patria hacen de las suyas y donde el máximo castigo para los responsables son una temporada fuera de las cámaras y en arresto domiciliario.