Apartheid en el Medio Oriente

Amnistía Internacional publicó esta semana un informe donde “acusó al régimen de Israel de aplicar un apartheid contra los palestinos”.

El Apartheid, esa palabra afrikáans que significaba separación y que se hizo luctuosamente famosa por el sistema de segregación que se impuso en Sudáfrica y Namibia, cuyo énfasis era la separación racial entre blancos y negros. En 1948 comienza a ser legal la segregación, aún cuando la mayoría de la población era de raza negra. Esta separación implicó zonas donde no podían ingresar negros como playas, escuelas, hospitales, autobuses, parques, etc. Debían identificarse ante los funcionarios del Estado y tenían que pedir permiso para entrar a ciudades o quedarse en ellas. Además, no tenían derecho a voto e incluso se hicieron pequeños “países” dentro de Sudáfrica para que allí se marginaran a los negros. Esto significó la lucha política y armada contra el régimen opresor que finalizó con la derrota de las fuerzas sudafricanas en el campo de batalla de Cuito Canavale y la negociación del régimen blanco que llevó al poder a Nelson Mandela.

Esta misma palabra apartheid es la que utiliza Amnistía Internacional para indicar que el régimen sionista utiliza desde hace décadas un sistema que oprime y domina a la población palestina.

En 1947 la ONU estableció la división de Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío. Transcurrido el tiempo y guerras por medio, se asentó la primacía judía y constituyeron el Estado de Israel, marginando a los árabes a territorios segregados de Cisjordania y la Franja de Gaza, lo que se conoce como Palestina. Aún así el régimen de Israel continúa quitándole el territorio para construir asentamientos judíos, lo que significa la pérdida por parte de los palestinos de sus propiedades, el traslado forzoso a otros territorios. Acompañado de esto se niega la ciudadanía, se avalan las agresiones de los colonos a los palestinos, se los reprime y encarcela por protestar, se les juzga por tribunales militares, se los tortura y asesina impunemente, asignándole el acápite de terrorista para que el mundo avale la justeza de lo que hacen.

Estos mismos hechos llevaron a los palestinos a levantamientos populares llamados intifada, que han mostrado más crudamente la perfidia y el ensañamiento del Estado contra los manifestantes desarmados. Lo que, a la vez, incrementó el nacimiento de grupos armados que defienden lo que queda de Palestina y que son atacados constantemente por las fuerzas judías.

Lo que sucede en Palestina, es una copia de lo que sucedió en Sudáfrica, donde se hace insoportable el avasallamiento de un pueblo por otro, que sigue persistiendo la separación por el miedo de unos de integrar a los otros, y de los otros por ser integrados por ellos, todo esto apoyado por países extranjeros que les interesa su posición geopolítica por sobre los seres humanos que sufren el castigo de este nuevo apartheid.