Recientemente se han visto imágenes de los bombardeos a Saná, la capital de Yémen, por parte de la coalición que lucha contra los huties. En esta guerra han muerto cerca de 400.000 personas.
Desde hace unos meses, la zona de guerra ha estado centrada en el área de Marib, un territorio estratégico, que la coalición no quiere perder. Incluso, sacó tropas de la zona costera oeste perdiendo territorios consolidados para fortalecer la defensa de Marib. Hace unas semanas, la EAU trasladó la Brigada de los gigantes, que cuenta con 15.000 hombres y un apoyo aéreo en terreno, los que han hecho avances ganando territorio que se había perdido en manos de los huties.
Los huties bombardearon la capital de los Emiratos Árabes Unidos, Abu Dabi, con misiles balísticos y drones suicidas, teniendo como objetivos el aeropuerto de la capital y otros sitios estratégicos. Habían advertido con antelación a los EAU que tomarían medidas por la escalada militar en territorio del Yémen por parte de las fuerzas militares de ese emirato. Como represalia la coalición bombardeo la capital de Yémen, Saná.
La guerra tiene su génesis en el 2011 cuando por problemas sociales y económicos cae el gobierno, se produce una etapa de transición, para terminar los huties en el poder. En el 2015, Arabia Saudita trata de evitar que los huties que son chiíes prevalezcan y lanza una campaña de bombardeos, lo hace avalado de que el verdadero presidente era Abd Rabbu Mansour Hadi que se encontraba refugiado en Arabia Saudita. De allí en adelante crea una coalición de países que se unen para derrocar a los huties: Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Catar, Baréin, Egipto, Jordania, Marruecos, Sudán y Senegal, que son apoyados logísticamente por Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Además, varios países se han sumados subrepticiamente a la guerra como Israel y Turquía, entre otros.
Con el paso del tiempo, la guerra ha ido escalando, de manera que los huties apoyados por Irán han podido resistir y tomar la iniciativa, basados en la lucha irregular, en su fuerza de misiles y en la utilización de drones. Han golpeado a las fuerzas sauditas y emiratíes en las profundidades de sus países, causando temor y daño a la infraestructura estratégica de esos países. Incluso, Israel que apoya a la coalición, se ha alertado por la distancia y certeza de los bombardeos, que pueden llegar a sus territorios.
Esta es una guerra que la coalición quiere terminar, pero no saben cómo hacerlo, pues no puede salir derrotada a manos de tropas casi irregulares, ni menos dejar a los huties en el poder sin ninguna concesión, la única forma negociada es ganar algo y que todos transen. Lo que, hasta ahora, no ha resultado.