Antes que indulto, las mone´as

Así piensan los empresarios. No les importa si una persona ha sido arbitrariamente retenida por el Estado, sin proceso o con pruebas falsas. Menos les preocupa que esa injusticia persiga el fin político de amedrentar a la población. A ellos les importa el dinero. Así señaló, campante, el señorito Álvaro Jadue, de los comerciantes de Bellavista y Lastarria sobre si dar el indulto para los presos del levantamiento popular. Primero las mone´as, dijo.

En ese programa tan casual, bien educado e imparcial que dan en Teletrece Radio todas las mañanas, el dirigente gremial del tan cool Patio Bellavista, Álvaro Jadue, se explayó en la estrategia para recuperar al sector comercial-gastronómico del centro de Santiago. Un lugar hipster por definición. Lo más fashion de la capital se da unas vueltas por esos barrios populares recuperados para que la gente bien pueda sentirse cosmopolita en su propio país.

La campaña para recuperar del vandalismo el centro de Santiago y, más específicamente, la zona de Bellavista y Lastarria se llama “Nuestro Centro”. Nótese, el centro de Santiago también es ahora de ellos, de la cota mil que baja los viernes por la noche a cenar a estos barrios tan “populares”.

La campaña, que incluye más vida, cultura y espectáculos en las calles, carteleras en los hoteles y otras actividades pretende entregar amor a su alrededor, tirar las malas vibras fuera, porque ya estamos cansados de violencia, expresa con un tono tan, pero tan, ecuánime y medido Álvaro Jadue.

“Lo que buscamos con esta campaña es recuperar la zona”, explicó el presidente de la Asociación del Barrio Bellavista y añadió que luego del “mal” tiempo que pasaron los barrios de la zona cero, la pandemia les dio tiempo “para recuperar la zona”.

Y consultado expresamente sobre una ley de Indulto se explayó más bien escueto: “es muy difícil pensar en eso sin antes pensar en una reparación para las víctimas de la violencia y la delincuencia que lo han perdido todo… una ley de reparación para las víctimas es una primera prioridad”. Más claro echarle agua. Sin vergüenza.

El señorito entregó cifras del descalabro de lo que sucedió con los comerciantes en el centro de Santiago luego del levantamiento y posterior pandemia. Se perdieron cerca de un 70% de los empleos y cerraron unos 300 locales. Con la pandemia muchos tuvieron tiempo de «recuperarse».

“Más de 300 locales no lograron resistir al estallido. La pandemia ayudó a ordenarnos y hoy muchos volvieron a abrir con nuevos operadores”.

Sabemos a ciencia cierta cuán bien pudieron «recuperarse» los empresarios. Sabemos a ciencia cierta quiénes se recuperaron y cómo tomaron el lugar de los pobres desgraciados que quebraron.

Sabemos también a ciencia cierta que a esta gente no le interesan los trabajadores que perdieron su empleo ni, por supuesto, sus hijos, hoy presos sin procesos y con montajes. Sabemos a ciencia cierta que, para ellos, siempre está el dinero antes que cualquier dignidad.

A ver cómo les va con “Nuestro Centro”. Porque el centro, a decir verdad, es nuestro centro, porque la calle no se suelta.