115 días de “altos estándares”

Si, queremos volver una y otra vez a esa frase tan elocuente. Los altos estándares de los empresarios chilenos según Juan Sutil, presidente de la CPC. Los trabajadores de la empresa de mallas metálicas RGM llevan 1115 días en huelga, pero el patrón prefiere hambrearlos antes de resolver la situación.

El patrón no se mueve ni un milímetro. Seguro tendrá un giro tipo “vendo pasta base cuando hay huelga”, porque no se entiende que haya preferido detener su producción antes que negociar mejores condiciones para sus trabajadores

Los trabajadores denunciaron que la empresa está cerrada. Pablo Araya, presidente del sindicato de la empresa, señala que, a pesar de todo, siguen con la movilización. Cuenta que se les “puso cuesta arriba la huelga porque la empresa se niega a negociar y quiere, con los bonos del convenio antiguo de hace 8 años, pagarnos los días de huelga. Entonces perderíamos el piso, no tendríamos bono de noche, aguinaldo, nada”.

En total son 20 trabajadores los que siguen dando pelea. Su moral ha decaído con el paso de los días, pero la situación que los hizo movilizarse era tal que no tenían otro camino que forzar una solución a su favor.

Araya comenta que la posición de la empresa es por lo menos extraña. “Es raro, porque están gastando plata, les pagan a quienes están en la casa y no están trabajando, siguen arrendando una bodega y el mes pasado vendieron la mitad de la producción, pero parece que nosotros no les hacemos daño”.

Los trabajadores están evaluando con qué medidas continuar porque la situación se está haciendo insostenible. Del grupo de asesores del joven presidente Gabriel Boric los contactaron con un abogado que les eche una mano porque él, particularmente él, por estos días está muy ocupado dando certezas de que todo se hará en “la medida de lo posible”.

En los primeros días de la huelga se presentó el dueño de la empresa y los increpó con prepotencia. Se llama Renato Gemigniani Antillo, y forma parte de ese mundo enajenado de la burguesía, con estudios en el Grange School, la Universidad Gabriela Mistral. De ahí pasó, directo, a dirigir una empresa, sin ningún mérito anterior, sólo el que da el dinero y sentirse superior a los demás.

Carabineros, como siempre, ha operado su guardia privada, hostigando a los trabajadores en huelga. Como en muchos otros casos, sólo defiende al que tiene el dinero.

Lo que refleja esta huelga es la dificultad que tiene la clase trabajadora para negociar sus demandas. Detrás del empresario no sólo están las leyes que permiten el desgaste de los trabajadores y de sus familias, sino que también la policía y y los órganos del Estado que deberían controlar estas situaciones.

Una vez más, se demuestra la nula capacidad de las centrales sindicales de proteger los intereses de los trabajadores, que quedó reflejada en el levantamiento popular de octubre del 2019, en el que tuvieron ninguna importancia en el momento y, mucho menos después.

Algunos no entienden que la lucha de clases se incrementó y abarca todos los ámbitos de la sociedad. La burguesía cree que puede seguir haciendo lo que quiere; lo intenta, pero ahora el pueblo maneja un poder que amenaza su existencia. Es con estas pequeñas luchas en las que el pueblo templa el acero de sus armas, con derrotas y victorias, pero guiado por la dignidad de su causa justa.