Se ha desatado una locura en los partidos políticos del país, pues todos quieren hablar con el presidente electo o con su conglomerado. Incluso, los que deben ser opositores, indican que lo serán de manera más blanda.
¿Qué es lo que sucede para que los partidos políticos revoloteen como locos en torno al presidente electo?
No es difícil de darse cuenta, qué es lo que pasa. Como lo dice el presidente de la UDI, Javier Macaya, ha visto que todo lo que planteaba en la primera vuelta el candidato del Frente Amplio solo era para ganar votos entre las personas, lo que se fue “moderando” en la segunda vuelta y acercándose incluso a sus posiciones. El mismo Macaya plantea que conversarán con el presidente electo, “no se trata de estar dando señales de que somos parte del mismo proyecto político”, dice que hay muchas diferencias, pero tendrá unos interlocutores sensatos y que podrá conversar con ellos. Acaba afirmando “que tenemos la confianza de que se vienen nuevos tiempos”. En el mismo tono y discurso, los presidentes de Renovación Nacional y del Evópoli, plantearon estar disponibles al diálogo y a conversar. En la última semana, desde las filas de los partidos políticos de la ex Concertación, también no solo se han mostrado dispuestos a conversar con el presidente electo, sino que también está dispuestos a ser parte del nuevo gobierno si se les pide ayuda, e incluso a formar parte de coalición de gobierno.
Todos quieren conversar, no solo por la debilidad que demuestra el bloque ganador que tiene que buscar posibles ministros en las filas de partidos que no son parte de su bloque. Esto los obliga, a transar desde el inicio las posibles modificaciones que plantearon. La moderación del candidato electo es visto como una debilidad extrema, de manera que todos van a conversar con él para que se comprometa a mantener el mismo estatus quo, de manera como lo han hecho los gobiernos anteriores. En los últimos días, el jefe de los carabineros, sin vergüenza fue a pedir que se mantenga a la institución tal como está y si hubiera que hacer algún cambio que ellos intervengan, lo que dice es que se abuenarán por obra de magia y ya no robarán tanto. El mismo caso, sucede con las fuerzas armadas, que no se les quitará el privilegio de tener unas jubilaciones distintas y altas comparadas con las de los trabajadores, y menos no se tocará que jubilen a los 25 años de carrera. Lo que plantea el nuevo gobierno, es que no se les bajará su jubilación, subirán la de los trabajadores hasta ser igual a los de las fuerzas armadas, parece que tendremos que esperar sentados su reforma.
No hay que ser muy intelectual para darse cuenta el por qué de los partidos políticos, que quieren ir a conversar. No solo el novel gobierno muestra sus falencias, sino que los partidos políticos tratan de ser parte de una nueva institucionalidad donde ellos pueden ser protagonistas, como lo han sido hasta ahora, incluso teniendo el anhelo que las masas reaviven sus aletargadas y ralas filas.