Un insecto fotogénico

Al menos tendría que serlo si quiere tener su propio canal de televisión. Nuestro chanchito de tierra o gusano rastrero, el nunca bien ponderado presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio, CPC, Juan Sutil, ahora quiere tener su propio canal. Le interesan “los contenidos”. Dicen que las mantis son de los insectos más fotogénicos.

Vayamos con las mantis. Entre las miles de cosas que se pueden decir de estos insectos es que “pese a sus brazos serrados y sus ojos de extraterrestre, no suponen ninguna amenaza”. Sutil quiere ser un influencer y con su propio canal de televisión dar rienda suelta a su ideología empresarial depredadora y con eso, cree, nos asusta, pero bien señalamos, estos insectos no son una amenaza.

Tal vez las ganas le salieron luego de los desaires que le dieron en la Convención Constitucional. Dice haber casi mendigado una audiencia con los muchachos de la constituyente y él quería hablar. Pero la verdad es que los muchachos están en dilemas burocráticos, no es mala voluntad, es que las lucas y los viajes a regiones y …¡No! no era mala onda. Era cosa de esperar un ratito para ser oído.

Pero el señor patrón no tiene paciencia. Como los de su clase, las cosas se hacen cuando ellos quieren. Y Sutil quiere cámaras, ¡perdón! “contenidos”. En un reportaje del Diario Financiero se mencionó “un plan silencioso” del dirigente gremial para adquirir un medio de comunicación porque a su juicio “los contenidos de prensa de algunos canales son a veces sesgados”.

Si, como en todo niño bonito, lo del plan silencioso es más bien un berrinche escandaloso en el suelo. Por eso nos enteramos inmediatamente de su discreto plan para tener su propia tele, donde él y su selecto club puedan hablar de la realidad nacional, la política y el arte de manera “no sesgada”. Es decir, representando los intereses del país entero.

Se dice, «silenciosamente», que le estaría echando el ojo a la Red, de empresarios mexicanos o a CNN, de capitales gringos. Como sea que sea, a los niños bonitos cuando tienen una rabieta y quieren algo, lo consiguen, o al menos pasan con la maquinaria para conseguirlo.

No será raro entonces que en un tiempito más veamos al más fotogénico de los insectos pontificando de las bondades del capitalismo en televisión abierta y cerrada. Para suerte del público, siempre tendremos las teleseries de moda.