Las trabajadores armaron el bochinche afuerita de las oficinas de la gerencia y en la misma fábrica ubicada en Quilicura. Constanza Figueroa, presidenta del sindicato formado hace apenas tres meses y en el cual la mayoría son mujeres, denunció que la movilización se debe a la precarización de las condiciones laborales luego del cambio de estructura de la empresa tras ser adquirida por la trasnacional Nestlé.

A un año del cambio de mando, la dirigenta denuncia el cambio de las condiciones laborales para las trabajadoras. Que los horarios definidos bajo la cual operaban fue cambiando, les exigieron triplicar la producción con los mismos salarios de antes. No tienen aguinaldo ni bono de vacaciones.

Como en la historia sin fin, los intentos de llegar a un acuerdo fracasaron. Desde la empresa, señalan que “como empresa hemos impulsado y seguiremos tratando de agotar toda las instancias de diálogo”. Menos con las trabajadoras, eso si, señalan. Y claro, esperan que la movilización no tenga impacto sobre las operaciones y sus ganancias porque el país no puede quedarse sin chocolates.

Pero las trabajadoras no están dispuestas a bajar el paro hasta llegar a un acuerdo que también las beneficie a todas ellas.