La victoria es perseverancia

En Crimea, territorio de Rusia, se encuentra una escultura que inmortaliza la figura de Fidel Castro con la frase: “la victoria es perseverancia”. Homenajean al revolucionario cubano con palabras de Napoleón Bonaparte.

5 de diciembre de 2021

En los tiempos actuales, cuando parece que todo está sucediendo, muchos se dejan enceguecer por los discursos simplones, por las promesas engañosas, por el miedo a pequeños grupos, por la retórica de la salvación de la “democracia”, y por la utopía partidista de un mundo mejor.

En la vorágine y desesperación de lo contingente se dejan engañar arteramente en una lucha entre “democracia y democracia”. Al final, siempre triunfa la “democracia”, porque compite sola, gane quien gane. Es propio de este sistema tensar los nervios de los votantes cuando se está en crisis.

En esos momentos se aprecia claramente todo el espectro que forman los partidos políticos que van desde los más retorcidos conservadores hasta los más liberales. En épocas de solaz, todos son amigos y familiares, piensan lo mismo, viven en los mismos lugares y vacacionan juntos. Cuando debe cambiar el gobierno, fingen enemistarse, unos son fascistas y los otros comunistas, entran en amagos de lucha. Pero saben a ciencia cierta que lo que debe prevalecer es el sistema, todo lo demás es negociable, gane quien gane.

Fingen una lucha de clases, que no es tal, porque los dos bandos representan o quieren representar a la burguesía. Aparentan que unos “comerán guaguas” y que los otros “llevarán a las personas a las cámaras de gas”. Cada cuatro años, nos impulsan a votar por los candidatos que han elegido de antemano; saben claramente que, de ellos, quedarán dos, y de ahí saldrá el que dirigirá el país. Como diría un científico, se hace un examen en un ambiente controlado: todo está previsto, no puede ocurrir nada fuera de ese marco ya delimitado

Una y otra vez, ocurre lo mismo en diferentes países del mundo y de nuestra América. Una y otra vez, se elige a uno u otro, y cunde el desánimo o la alegría. Una y otra vez, nos engañan.

Una materia para pensar, podría ser tratar de comprender por qué el 2019 ocurrió el levantamiento popular en nuestro país y cómo diariamente nos indica que no avanzamos hacia algo mejor, sino que se necesita de acción, lucha y persistencia para continuar. Cómo nos indica que, mientras algunos enloquecen por algún candidato, persisten las demandas populares incumplidas durante décadas; persiste la vulneración a los derechos humanos, persiste el maltrato de los empresarios a los trabajadores, persiste el engaño de los políticos tratando de seguir en sus puestos, persiste la decadencia del sistema.

Y ahí es cuando Fidel Castro nos sirve como el faro que indica que debemos rectificar el rumbo.

Si luchamos por la patria, por nuestro pueblo, por nuestros hijos e hijas, debemos ser perseverantes. Si queremos un mundo mejor, debemos seguir luchando hasta nuestras últimas fuerzas. Si con nosotros va lo mejor, lo más íntegro, lo más humano, vamos por el camino correcto. La hora del pueblo sonó hace mucho, y sólo debemos encaminarnos por la senda que nos llevará indubitablemente al poder. No un poder mediado por partidos políticos, sino un poder absoluto del pueblo.

Parafraseando a un compañero de lucha de Fidel, al Ché Guevara, decimos con él: “sepan los nacidos y los que están por nacer, no nacimos para ser vencidos, nacimos para vencer”.