A pesar de ir sola como independiente, Fabiola Campillai Rojas ha vencido a todos los partidos del régimen. Hoy es senadora. Su victoria la festeja en Plaza Dignidad junto a su pueblo.
Fabiola Campillai Rojas ha salido electa. No solo eso. En sus primeras declaraciones a la prensa, ha rayado la cancha. El mensaje es para Boric. O se compromete a la libertad, verdad para todos los presos políticos de la revuelta, a que habrá justicia y reparación integral, no sólo para las víctimas, hoy sobrevivientes, sino para las familias de todos los que no están y garantías de no repetición, “así y sólo así nos sentaríamos a conversar, de otra manera no hay apoyo“, ha señalado la senadora por la Región Metropolitana.
Su voz frente a las cámaras conmueve. Fabiola suena emocionada, pero decidida. Ella es la confirmación de un único y gran principio: confianza en el pueblo. Confianza en sus capacidades. En su determinación. En su moral.
En el Congreso estará rodeada de lobos. Por tanto, deberá aguzar su instinto de clase. Deberá foguearse. Templarse como el acero. El pueblo entretanto, debe acabar de sacar sus propias enseñanzas. El próximo gobierno, sea quien sea el presidente a vuelta del balotaje, será el gobierno de la decadencia. Ya hemos visto el tráiler de esta película. Y los actores son conocidos.
La senadora Campillai es una mujer trabajadora. Eso la define. Reconoce al patrón y sus secuaces. Sabe de sus trampas y conoce sus discursos. Nosotros quisiéramos formar una cohorte para ingresar con ella al hemiciclo e impedir que ningún mafioso la tocara. Que ninguno de ellos la menospreciara y humillara como suele hacer la burguesía. Ella deberá resistir por ahora ¿Y el pueblo? Terminar de despertar su vocación de poder. Ir por la conquista de todas sus demandas. Y empezar la construcción del Chile por el que hasta acá ya han ofrendado su vida unos cuantos.