Milicos formalizados por apremios ilegítimos quedan en libertad

Militares de la Escuela de Telecomunicaciones fueron formalizados por violaciones a los derechos humanos, en este caso apremios ilegítimos contra una persona durante el estado de Excepción Constitucional el 21 de octubre del 2019.

Durante el toque de queda, el día 21 de octubre del 2019, una patrulla de militares de la Escuela de Telecomunicaciones del Ejército de la comuna de Peñalolén, realizaba un patrullaje a bordo de un camión de la institución cuando notaron que una persona huyó al verlos. Lo siguieron y un sargento segundo disparó su escopeta antidisturbios sin mediar provocación e hirió a la persona. Pese a esto, siguió corriendo, tres cabos salieron a atraparlo dándole patadas, amarrando sus muñecas con una cinta plástica para ser llevado al camión, donde iba a cargo una teniente, quien es responsable de lo sucedido. En el trayecto en camión recibió golpes en la cabeza e insultos, finalmente un capitán ordenó que lo llevaran a la 43º comisaría de Peñalolén.

Esta forma ilegal de conducta ha sido propia de los militares y las fuerzas armadas en general, pues parten de la noción que son autoridad y todos le deben obediencia, lo que no es así en la realidad, más aún operan como delincuentes aprovechándose de la cantidad, del armamento que portan y de la impunidad que les otorgó el gobierno para dañar a los ciudadanos.

En este caso, cinco militares fueron formalizados por violaciones a los derechos humanos, por apremios ilegítimos. No obstante la gravedad del hecho realizado por un funcionario público, solo quedaron con arraigo nacional y prohibición de acercarse a la víctima, por ende, quedaron en libertad.

Es interesante, como la impunidad se hace presente en cada caso donde están involucrados funcionarios que sirven al país, donde la justicia opera no solo dilatando o cerrando los casos, sino también obstruyendo el conocimiento de la verdad y el castigo de los culpables. En tiempos venideros, se debe juzgar hasta el último delito cometido por estos individuos que se amparan en sus uniformes para hacer daño a las personas y creen que cumplen un rol importante en la sociedad, lo que no es tal.