La información fue divulgada por el diario La Tercera, pero su origen, sin duda, es del propio Ejército. El general Martínez se reunió, de acuerdo a la versión, con el director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, de origen chileno. Además, tuvo un encuentro con el abogado Claudio Grossman, quien fue uno de los representantes del Estado de Chile en la controversia marítima con Bolivia ante Corte Internacional de Justicia de La Haya.

Grossman tiene amplios contactos en el intrincado mundo político de Washington. Fue decano de la facultad de derecho de la American University y participó de importantes organismos internacionales -presidió el Comité contra la Tortura de la ONU y fue miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Si alguien necesita un abogado en esas materias, Grossman probablemente sea el hombre indicado. Una especie de “Better call Saul” para clientes muy urgidos. Este especialista en derechos humanos, con tal de que paguen los honorarios, defiende a cualquiera o, mejor dicho, a los violadores de los derechos humanos. Por ejemplo, fue contratado por ¡la UDI! para hacer gestiones ante la CIDH con el fin de revocar el estatus de refugiado del ex dirigente del FPMR Galvarino Apablaza en Argentina.

Y Vivanco, bueno, el inefable señor Vivanco se sitúa justo en la delicada intersección entre la política exterior de Estados Unidos y la defensa “pura” de los derechos humanos.

Pero, además, ya llevan un tiempo juntos. Se conocieron -¡dónde más!- en Washington, cuando Martínez cursaba un curso en el centro de adoctrinamiento militar estadounidense, el Colegio Interamericano de Defensa.

Tanto se conocen, que Vivanco no pudo resistir “marcar” públicamente a Martínez por redes sociales. “Felicito a @mbachelet por el nombramiento del general Ricardo Martínez. Lo conozco hace muchos años y sé de su profesionalismo e interés por el respeto de los DD.HH.”, escribió en Twitter en 2017, cuando el militar accedió a la comandancia en jefe. Por si no había quedado claro.

Y en general, todos estos manejos suelen ser poco sutiles.La nota de La Tercera concluye que “cercanos a la autoridad castrense” – o sea, él mismo- “indican que estas reuniones no fueron producto del azar. Martínez buscó estos acercamientos como una forma de validar su gestión y explicitar que bajo su mando no se han registrado situaciones que puedan considerarse contrarias a los derechos humanos”.

¡Ya, oh! ¡Dejen algo para la imaginación!