Piñera sale funado en hospital Higueras

Tensos momentos se vivieron este martes en Talcahuano tras la visita de Piñera al hospital Higueras. Luego que familiares y amigos de Manuel Rebolledo, funaran al principal responsable político del asesinato de su hijo y de todos los asesinatos ocurridos durante el levantamiento popular.

Desde muy temprano se congregaron en las inmediaciones del hospital Higueras a exigir justicia por el asesinato de su hijo. La familia de Manuel está decidida conseguir que el crimen de su hijo no quede impune y usarán todos los medios para lograrlo. Más aun luego del portazo recibido ayer en el tribunal oral de Concepción. Allí se enteraron  que el inicio del juicio se postergaba hasta el próximo jueves 28 de octubre.

 “SI NO HAY JUSTICIA HAY FUNA”

 Y así fue, hoy le tocó a Piñera, quien anduvo en la región del Biobío pegándose sus últimos shows. Inauguró trenes que pasan en pana, anunció la  extensión del estado de emergencia en las cuatro provincias. E inauguró plaquitas en el hospital Higueras.  Y hasta ahí le llegó la fiesta.

Además de los gritos de justicia de la familia, los asistentes no se quedaron cortos en flores para el mandatario “Asesino culiao, conchetumadre, perkin, le declaraste la guerra a tu pueblo, asesino, rata asquerosa». Todo esto mientras ingresaba al recinto hospitalario y durante toda su visita. Los epítetos para el ratero no cesaron.  La familia tenía rabia, mucha rabia.  Y la gente que pasaba también. Cada uno tenía algo que enrostrarle y nadie se mostró recatado para decirle su par de verdades a Piñera quien tuvo que hacer su discurso en medio de los gritos de la manifestación del exterior.

Por otra parte los pacos que resguardaban la visita – que eran muchos- se veían nerviosos, “aceleraditos” no fuera que le incomodaran al jefe. El esperpento ingresó escondido como el delincuente que es. Y  salió, arrancando como una rata, mientras sus suches, milicos sin uniforme – el de plomo que se ve en la imagen – amenazaba a la familia con detenerlos para cuidarle la espalda al delincuente.

Y la cosa es así. A Piñera no lo quiere nadie. Donde va debe estar escondido. Habla para los pagados y obligados, porque el pueblo no lo escucha. Siempre resguardado por milicos, pacos, gope, pacos de civil haciéndose pasar por manifestantes. Pero al hombre le ha de haber quedado claro que por acá no le conviene. Acá sobra dignidad, para seguir dando la pelea. Para continuar en las calles junto a Luisa y Manuel hasta que paguen todos los delincuentes.