Piñera decidió extender hasta el 11 de noviembre el estado de excepción en las regiones de Bío-Bío y Araucanía. Otra maniobra ampulosa que no pasa de papel confeti .
A Piñera se le acaban los trucos. Es un mago de cuarta intentando sorprender a los espectadores. Lleno de tics, bracitos cortos, piel cetrina. Encaramado en un escenario ad hoc intenta convencer a su propia galería que aún le quedan fichas por jugar. Pero la casa no cubrirá su apuesta. Ya no hay qué pueda otorgarle a su rol de conductor la fuerza que requiere la reacción para repuntar esta crisis.
Hoy, desde la “macrozona sur” hizo lo de siempre, mentir: “Anunciamos que hemos extendido este periodo de excepción constitucional por 15 días adicionales, que se extenderán hasta el próximo viernes 11 de noviembre, para poder contar con la labor valiosa y fecunda que están cumpliendo nuestras Fuerzas de Orden y Seguridad, y nuestras Fuerzas Armadas”, de edecán del ridículo oficiaba su ministro del Interior, Rodrigo Delgado.
Como el tunante que es, fijó los 15 días iniciales del estado de excepción ex profeso para luego “extenderlo” sin requerir la ratificación del Congreso. Ahora el ardid se agotó. ¿Qué le queda?
Con el pretexto de combatir “el terrorismo” y la delincuencia, Piñera ha jugado al todo o nada. Sin importarle si se hunden todos. Él, busca desesperado sostenerse con la cabeza fuera del agua. Pero es tarde.