¿Qué podía salir mal?

Lucía Dammert, parte del comando de Boric. Experta en temas de seguridad del Estado y violencia ciudadana. Asesora de Jorge Burgos en La Moneda, cercana a Mahmud Aleuy. Vínculos probados con un ex agente de la DINA y pareja de un ex prefecto de la PDI. Todo muy siniestro, ¿verdad?

Una trama digna de una novela de espías. Una experta en seguridad, con títulos en el extranjero y de rostro angelical. Su pareja, un ex prefecto de la PDI. Su suegro un ex agente de alto rango de la DINA, condenado y procesado por delitos de desaparición, y tortura, prófugo de la justicia por meses. Acusaciones de redes de protección familiares e institucionales. Una renuncia inevitable a su cargo de asesora de Jorge Burgos en La Moneda. El tiempo que todo lo cubre. Nuevas intrigas en medio de una campaña presidencial, un coctel que asegura un éxito editorial. ¿Quiere saber algo más? Nada es ficción.

Lucía Dammert es la bella de oscuras vinculaciones. Integra el comando de Boric en su calidad de experta en temas de seguridad. Es la encargada de llevar adelante la refundación de carabineros. Tiene a su haber un doctorado en el extranjero, y una vasta trayectoria. ¿Quién pondría en entredicho sus aptitudes? Se ha construido, seguro con auspiciadores de las más altas esferas, una carrera académica y su discurso va a tono con los tiempos. Progresista, liberal, conciliadora. «El país se construye entre todos y todas» dice en su cuenta de Twitter a la hora de aparecer junto al candidato.

Sus relaciones familiares sin embargo, amenazan con destruir esta imagen y su eventual vuelta a La Moneda. Comencemos por Daniel Cancino Varas. «El suegro». En «la Oficina», Cancino Varas, miembro de la Brigada de Inteligencia Policial de Investigaciones es el jefe de jefes. Tenía a cargo los grupos operativos. Jorge Burgos, Belisario Velasco, Mario Fernández, Isidro Solís, Marcelo Schilling, y otras siniestras figuras de la Concerta recurrían a él. ¿La labor? Implementar la política oficial para desarticular las organizaciones revolucionarias que habían enfrentado a la dictadura y que no se sometían al nuevo proceso político pactado entre militares, políticos y empresarios. El gatopardismo de los años noventa.

Jorge Burgos, el jefe de Dammert en La Moneda y Daniel Cancino Varas el suegro, ex agente de la DINA

Eso no es todo. Cancino Varas era un ex agente de la DINA. Integró la Brigada Halcón y las agrupaciones Alce y Vampiro. Numerosos testigos dan fe de su presencia como torturador en Villa Grimaldi. Jefe y camarada de correrías de Miguel Krassnoff Martchenko, Pedro Espinoza, Marcelo Morén Brito y otros monstruos de la dictadura. Condenado o procesado por la desaparición de Carlos Guerrero Gutiérrez, Horacio Carabantes Olivares, Alfredo García Vega, María Isabel Gutiérrez, Jorge Müller Silva, y una larga lista que estremece.

Los chicos del FA, Giorgio y Cia. han salido defensa de Dammert por las redes sociales, después que se develaran estas páginas de su historia personal. Algunos dirán ¿qué culpa tiene la mina de lo que hizo su suegro, o de que su pareja sea rati? Nadie pretende que sea responsable por ello. Son antecedentes eso sí, y no menores. Porque Lucía, no se dedica a la acuicultura, no pues. No es posible imaginársela ajena a lo que acontecía. Y porque en definitiva, su trabajo al lado de Jorge Burgos y Aleuy, no es mera casualidad. En modo de analogías, si en el universo Star Wars, el personaje tuvo de jefe al senador Palpatine, tú como espectador, te repatingas en tu asiento y sospechas lo peor. ¿A que no?

No caben las ingenuidades en materias de inteligencia. Si el río suena es porque piedras trae. Y esta vez el río está sonando que es un desmadre.