Sueltan a los criminales, retienen a los justos

Mantenga este imagen en la retina. Se trata de un violento criminal. Un auténtico peligro para la sociedad. ¿Su nombre? Claudio Crespo, ex teniente coronel de carabineros. Y por decisión de la Corte de Apelaciones de Santiago, será puesto en libertad.

Si a alguien le quedaba alguna duda sobre cómo actúa la justicia en Chile, hoy esas dudas se han despejado. En el mundo patas arriba la justicia ampara a los criminales que sirven a los poderosos, y retiene a los justos que luchan por una vida digna.

A una semana que el Séptimo Juzgado de Garantía mantuviera la cautelar de prisión preventiva para Claudio Crespo, único imputado por lesiones graves gravísimas en contra de Gustavo Gatica, vienen los carcamales de la Corte de Apelaciones y la revocan.

El joven fotógrafo Gustavo Gatica que perdió sus dos ojos producto de la agresión de carabineros.

Según la Corte de Apelaciones, el ex teniente coronel de la infausta institución de carabineros, acusado como autor de los disparos que provocaron la ceguera a Gustavo Gatica en noviembre de 2019, en el marco del levantamiento, no constituye un peligro para la sociedad, dada su «irreprochable conducta anterior». Los venerables jueces consideraron además que los 14 meses de prisión preventiva son excesivos.  Curiosa aseveración si consideramos la extensión de la prisión preventiva de los presos políticos, ninguno de ellos acusado de tamaños crímenes contra la vida y la integridad física de las personas.

La Corte fijó arraigo nacional y firma quincenal para el criminal. Gustavo Gatica declaró sentirse vulnerado, y espera no encontrarse con su victimario, pero la Corte lo puso en la calle, así que la resolución de esa aspiración queda en el aire.

Para los defensores de la justicia burguesa, los tribunales son poco menos que infalibles. Y los ciudadanos debemos depositar en ellos cualquier aspiración de obtener justicia. ¡Patrañas! Estos personajes que se suponen conocedores del derecho, no saben ni una línea de la verdad, el honor, el decoro, y la justicia. Cuando se trata de cerrar filas para proteger a los suyos, los de su misma clase, o para proteger a los que sirven a sus mezquinos intereses, amañan las leyes a su antojo. El pobre siempre va a pérdida con ellos.

La gente de a pie lo sabe desde siempre. No es de ellos que obtendremos reparación. Amparo de los criminales. Y protección contra los poderosos. Por más que lo difundan sus prosélitos de todas las raleas, en todas las aulas universitarias del orbe, en la prensa burguesa, y en todas las tribunas de que disponen.

Mujeres y hombres trabajadores lo tienen bastante claro, y por pura experiencia. No hace falta recitar ni uno solo de los artículos de fe de la pequeña burguesía. Sólo la justicia de los más humildes sabrá restablecer el imperio de la verdad, la igualdad y la equidad. Sin la victoria definitiva de los y las que luchan por una vida digna, la impunidad seguirá campeando.